Mantener una vida sexual plena y satisfactoria es un objetivo íntimo que requiere de un gran auto conocimiento y de una importante cuota de amor propio. Es un tema tan complejo que depende de cada individuo a nivel personal, además del contexto y las experiencias en las que ha estado inserto.
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Es esta misma línea, muchas personas se manifiestan insatisfechas producto de problemas e incomodidades que en la mayoría de las ocasiones se reprimen o avergüenzan de expresar, siendo una de las que atormenta al género femenino la sequedad vaginal.
Una molestia femenina
Básicamente, la sequedad vaginal es la disminución o ausencia de lubricación y humedad en la zona genital femenina. La matrona Carolina Bascur, quien además es docente de la Universidad de Concepción, explica que esto sucede producto de la disminución de hormonas sexuales femeninas, especialmente de estrógeno (producido por los ovarios), en el organismo.
Si bien la experta señala que este descenso es normal en mujeres que se encuentran o finalizaron su periodo de menopausia (entre 45 y 60 años), este problema también afecta a personas más jóvenes y no deja de ser una molestia en la vida íntima de cualquier mujer con actividad sexual o incluso en otros aspectos que involucren el mismo órgano.
Tal como indica el sitio oficial de la Biblioteca de Medicina de EEUU, Medlineplus, la sequedad vaginal suele provocar ardor al orinar, sangrados leves después de la relación sexual, dolores durante el coito, flujo vaginal leve y picazón en la zona genital.
Respecto a mujeres que no atraviesan un periodo de menopausia, Bascour comenta que la sequedad puede ser producto de un descenso hormonal provocado por anticonceptivos orales. En este contexto, René Castro, coordinador de obstetricia y ginecóloga de la Facultad de Medicina de la Universidad Diego Portales, comenta que hay otros factores externos que pueden provocarla.
“El lavado de la zona genital con diversos productos químicos (jabones u otras soluciones ‘especiales’), pueden provocar sequedad al eliminar las secreciones vaginales normales”, explica el experto. En tanto, René también señala que la sequedad puede ser circunstancial (por ejemplo, que suceda ciertos días del ciclo) y en ese caso “no debería causar mayor preocupación”.
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No obstante el mayor fastidio producido por la sequedad se presenta durante la relación sexual. La dispareunia, definida como las molestias producidas durante o después del coito, que pueden ir desde irritación a profundos dolores, se presenta como un terrible episodio en la vida sexual de quien lo vive. “Si es recurrente, la sequedad puede provocar que la mujer evite tener relaciones sexuales, afectando la relación de pareja”, opina Carolina.
“Es muy desagradable para la mujer, pues la vagina queda propensa a sufrir posibles problemas inflamatorios o infecciosos; y eleva la predisposición a sentir molestias urinarias (cistitis)”, explica el doctor de la UDP.
Respecto al tratamiento, la matrona Carolina Bascur, señala que “en casos severos” la paciente debe ingerir estrógenos orales o utilizarlos de forma local (por la vagina). En tanto, como solución temporal la doctora avala el uso de lubricantes a base de agua, los que se deben aplicar previamente a la relación sexual.
¿Consecuencia psicológica?
Más allá de las explicaciones hormonales que detallan el proceso que desencadena la sequedad, en muchas ocasiones ésta es producido por factores psicológicos como el estrés, la depresión o algunas imposiciones sociales.
“El estrés en el lugar de trabajo, problemas en la relación de pareja o incluso en otros ámbitos de la vida cotidiana, también puede causar falta de lubricación, así como otros trastornos”, comenta la psicóloga Claudia Contreras, docente y Coordinadora Clínica SPI de la Facultad de Psicología de la Universidad del Desarrollo
Antes de profundizar en estos aspectos, la experta destaca que estimulantes como el alcohol, o el consumo de THC (marihuana) o tabaco, también pueden inhibir la lubricación vaginal.
En el marco de un encuentro sexual, Contreras comenta que muchas veces la sequedad vaginal es producto de una “excitación que no se llevó a cabo completamente”.
“Muchas veces la mujer no logra la lubricación por la falta de un ‘juego previo’ al coito”, opina la psicóloga y agrega: “El mayor problema radica en el dolor e insatisfacción en la mujer durante la relación sexual, lo que puede hacer que eluda los momentos de intimidad con la pareja para evitar el dolor“.
Contreras también comenta que los conflictos de intereses dentro de una pareja, o emociones como el resentimiento o la desconfianza, o la rutina en la actividad sexual también pueden ser causas de bajo deseo sexual femenino, impidiéndole la lubricación y excitación necesaria para disfrutar el encuentro.
“Si las relaciones no se disfrutan, con el tiempo, esta situación provocará conflictos en la pareja, en donde cualquier gesto de acercamiento terminará por percibirse como un peligro y, en vez de ser una experiencia agradable que activa nuestro deseo como lo hacía antes, nos parece una experiencia molesta y desagradable que deseamos evitar”, explica Claudia.
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Respecto a una solución, en primer lugar, la psicóloga recomienda acudir a un médico para descartar desórdenes hormonales y encontrar una solución clínica. Desde su mirada como psicóloga, Claudia Contreras llama a innovar en la rutina sexual y resolver los conflictos de pareja.
“Una posibilidad es trabajar en el disfrute del área sexual y erótica, utilizando literatura erótica, masajes y baños en pareja y aumentando el tiempo de juego previo antes de la penetración”, propone la experta.