Un individuo armado irrumpió el jueves en una residencia para religiosos jubilados en el sur de Francia, mató a una empleada y logró huir del lugar.
La hipótesis de que se trató de un acto “terrorista” no es la línea principal de la investigación, indicó una fuente cercana, en un momento en que Francia ha sufrido varios atentados en los últimos dos años.
Estos ataques han dejado 238 muertos, incluyendo a un cura, que fue degollado en una iglesia en Saint-Etienne-du-Rouvray, cerca de Ruán, en julio pasado.
“Por el momento, hay una sola víctima”, declaró a la AFP el fiscal Christophe Barret. “En esta etapa no hay ninguna información particular sobre la motivación del crimen”.
Según los primeros elementos de la investigación, la noche del jueves, “un individuo solo, encapuchado y armado con un cuchillo y una escopeta recortada, irrumpió en la residencia”, indicaron fuentes del caso, que afirmaron que las motivaciones del agresor siguen siendo “desconocidas”.
Después de haber atado a una empleada, el atacante la asesinó con un arma blanca, indicó una de las fuentes.
“El registró del establecimiento concluyó hacia la medianoche”, agregó la fuente, que precisó que todavía no se conocen las motivaciones del sospechoso.
La residencia estaba ubicada en la localidad de Montferrier-sur-Lez, cerca de Montpellier.
El alcalde de la localidad, Michel Fraysse, dijo a la AFP que en el lugar vivían 60 exmisioneros que estuvieron destinados en países africanos, además de seis o siete laicos y seis o siete monjas.