Bajo la amenaza de su vecino del norte, Corea del Sur puso a sus fábricas de armas a pleno rendimiento, consolidando su liderazgo entre los productores emergentes, según un informe del instituto Sipri publicado el lunes en Estocolmo.
La industria armamentística surcoreana representó un 2,2% de las ventas de los cien mayores productores mundiales en 2016 con unos ingresos de 8 mil 400 millones de dólares, un 20,6% más que en 2015, según el Sipri (Instituto Internacional de Estudios para la Paz), con sede en Estocolmo.
La amenaza norcoreana “alimenta la adquisición de equipamiento militar por parte de Corea del Sur que opta cada vez más por su propia industria armamentística para satisfacer la demanda”, explica el investigador Siemon Wezeman.
“El aumento del arsenal de armas nucleares de Corea del Norte genera grandes inversiones [militares] en Corea del Sur”, agrega el especialista.
Durante décadas, Corea del Sur fue uno de los mayores importadores mundiales de equipos y de tecnologías militares, en gran parte estadounidenses. Pero desde hace poco, la industria nacional se desarrolla a gran velocidad y el presupuesto de defensa de Seúl es proporcionalmente uno de los más elevados del mundo, fuera de las zonas de conflicto de Oriente Medio y de África, de acuerdo con el Sipri.
“Paralelamente, Corea del Sur busca alcanzar su objetivo de convertirse en un gran exportador de armas”, señala Siemon Wezeman.
Las exportaciones de armas surcoreanas, que ascendieron a 253 millones de dólares en 2006, alcanzaron 2 mil 500 millones de dólares diez después, según los datos oficiales. Los misiles, obuses, submarinos y aviones de guerra surcoreanos son especialmente preciados en el Sudeste Asiático, en Europa del Este y en América del Sur.