La presencia china en América Latina se debe a la búsqueda de beneficios mutuos en materia económica y no para perjudicar a otros países o regiones, manifestó este lunes el embajador de China en Panamá, Wei Qiang.

“La presencia china en América Latina no tiene, como piensan ciertas personas, agendas escondidas”, manifestó Wei durante una foro organizado por la cancillería panameña para analizar el primer año de la relación entre Pekín y el país centroamericano.

“En la actualidad, lo que busca China con su presencia en América Latina es unirse estratégicamente con los países de esta región para ayudarnos mutuamente, en una alianza de cooperación Sur-Sur de nuevo tipo, que nos convenga y que nos pueda traer beneficios recíprocos”, añadió Wei.

Las declaraciones del diplomático chino se producen pocos días después de que su país estableciera relaciones diplomáticas con República Dominicana en detrimento de Taiwán, que en el último año ha perdido también como aliado a Panamá.

Taiwán, considerado por China una provincia rebelde, tiene en América Central la mayoría de sus aliados internacionales. En Sudamérica Taipei solo es reconocido por Paraguay.

China ha aumentado en los últimos años su influencia diplomática y comercial en América Latina, región donde Estados Unidos ha tenido una gran influencia sin contrapeso.

Ávida de materias primas y servicios, entre 2010 y 2016 China invirtió unos 90.000 millones de dólares en la región, según un informe de hace un año de la Red Académica para América Latina y el Caribe. Entre 2001 y 2016, las inversiones chinas se concentraron en casi 70% en Brasil, Perú y Argentina, según ese mismo documento.

Sin embargo, según la Cepal, la mayoría de la inversión directa en América Latina -que en 2016 alcanzó los 167.000 millones de dólares- sigue siendo de la Unión Europea (53%) y Estados Unidos (20%). Solo el 4% del capital procede del gigante asiático, principalmente en energía eléctrica y minería.

“Lo último que quisiéramos hacer es perjudicar los lazos tradicionales que tiene esta región y tampoco queremos perjudicar intereses de ninguna tercera parte”, insistió Wei, según el cual, China y América Latina están “en un mismo bote, en una misma embarcación en medio de unas aguas un poco turbulentas”.

“Nuestro interés es unirnos” para “alcanzar nuestra meta común de un desarrollo compartido”, concluyó.