El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, realizó su defensa frente al Congreso que busca destituirlo del cargo, por las asesorías de sus empresas a la cuestionada brasileña Odebrecht.
El gobernante, de 79 años, intentó convencer de su inocencia a sus adversarios políticos, tanto de la derecha como de izquierda, que argumentan que existe una “incompatibilidad moral”.
“Vengo hoy a su solicitud para enfrentar de pie y dar la cara al país por una acusación falsa”, dijo Kuczynski al iniciar sus descargos.
Para comenzar, explicó cómo funcionaba Westfield, la empresa de su propiedad que sostenía vínculos con Odebrecht.
Acto seguido, presentó documentos firmados por el empresario chileno Gerardo Sepúlveda como gestor de Westfield ante la constructora brasileña. “No he sido prolijo, pero no soy corrupto”, aseguró.
“Pido a la nación, a ustedes, mis más sentidas disculpas, con claridad de mente y dolor de corazón, si no puse empeño en explicar hasta la saciedad mi conducta profesional”, sostuvo.
“Westfield no es un vehículo de cobros ilegales. Todas sus transacciones son bancarizadas”, agregó.
En tanto, para cerrar, recalcó que está en juego la estabilidad democrática, no apoyen una vacancia sin sustento, porque el pueblo ni olvida ni perdona”.
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Luego de Kuczynski tomó la palabra su abogado, Alberto Morea, quien afirmó que en “la practica estamos ante un golpe de Estado”, si el Congreso vota por echar al presidente.
A menos de que ocurra un milagro, los analistas anticipan que Kuczynski se convertirá en el primer presidente en perder su puesto por vínculos con Odebrecht, empresa envuelta en el pago de sobornos en varios países de América Latina para conseguir millonarios contratos de obras públicas.
Sin embargo, de manera reservada el gobierno realizó en los últimos días esfuerzos para tratar de convencer a legisladores opositores que voten contra la “vacancia” presidencial.
“Parece que en las últimas horas han conseguido convencer a algunos congresistas izquierdistas (…). Hace tres días, diría que la suerte del presidente estaba definida. Ahora no estoy tan seguro”, declaró la AFP un funcionario de confianza del presidente que pidió no ser identificado.
El Congreso inició el proceso de “vacancia” después de que Odebrecht revelara que había pagado casi cinco millones de dólares por asesorías a empresas ligadas a Kuczynski cuando era ministro.
El mandatario había negado desde antes de asumir el mando, el 28 de julio de 2016, que tuviese vínculos con Odebrecht, hasta que fue desmentido por la propia empresa. Ante el Congreso, el presidente afirmó que mientras era ministro no tenía comunicación con su socio, para evitar conflictos de intereses. Pero hasta los propios partidarios de Kuczynski admiten que no dio explicaciones “claras” sobre el tema y tres de cada cinco peruanos piensan que debe abandonar el poder, según las encuestas.
Hace ocho días este escándalo de corrupción se cobró otra prominente víctima en el vecino Ecuador, donde el vicepresidente Jorge Glas fue condenado a seis años de cárcel por recibir sobornos.
Después de la exposición del abogado Morea, el Congreso iniciará un largo debate antes de votar la destitución. Para aprobarla, se requieren 87 votos de los 130 escaños del Parlamento.
Los votos parecían asegurados, puesto que el proceso de vacancia fue iniciado por petición de 93 legisladores y el partido de Kuczynski solo cuenta con 17 bancas, aunque algunos peruanos afirman que en su país “lo único seguro es que nada es seguro”.
Cerca de las 14:00 horas de Chile PPK abandonó el Congreso tras defenderse. Luego de ello, se desarrollará una discusión en el parlamento peruano por al menos 5 horas, tras lo cual votarán y decidirán si es que destituyen al actual presidente.
“Que se vayan todos los corruptos”
La Organización de Estados Americanos (OEA) anunció que enviará una misión a Lima a observar el proceso de destitución de Kuczynski.
Si Kuczynski es destituido, el primer vicepresidente, Martín Vizcarra, debe asumir el mando por el resto del periodo, que culmina el 28 de julio de 2021.
Ingeniero, de 54 años, Vizcarra servía como embajador en Canadá y regresó apresuradamente a Perú ante la agudización de la crisis política. Kuczynski dijo que ambos vicepresidentes se negarían a asumir el mando.
El partido fujimorista Fuerza Popular ha mantenido contra las cuerdas a Kuczynski desde que comenzó su mandato. Pero el fantasma de Odebrecht también persigue a Keiko Fujimori, hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori, quien es investigada por supuestos pagos recibidos de la empresa.
En muestra de la desconfianza hacia los políticos en general, miles de peruanos marcharon el miércoles para exigir “que se vayan todos los corruptos”.
“Marchamos contra los corruptos de Odebrecht”, dijo la estudiante Rosa Chávez, de la Universidad de San Marcos.
Odebrecht admitió haber pagado 29 millones de dólares en sobornos en Perú entre 2004 y 2015, periodo que abarcó los gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), en el que Kuczynski fue ministro; Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016).
Humala permanece en prisión preventiva, acusado de recibir tres millones de dólares para su campaña electoral de 2011, mientras que contra Toledo pesa una orden de extradición desde Estados Unidos, por recibir presuntamente 20 millones de dólares en sobornos para conceder a Odebrecht la construcción de una carretera.