El politólogo argentino Carlos Escudé, Director del Centro de Estudios de Religión, Estado y Sociedad (CERES), considera un disparate que se acuse de traición a la patria a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
“Yo soy principalmente argentino, soy un poco español, porque tengo pasaporte, he vivido mi infancia en Estados Unidos, así que tengo un corazoncito bastante pro-yanqui, como le consta a todo el mundo, y además soy judío; por ese motivo también tengo un gran simpatía por Israel”, dice el politólogo y escritor Carlos Escudé. Y esas palabras sirven para interpretar en la perspectiva correcta sus puntos de vista sobre el caso AMIA y la situación en que se encuentran ahora la expresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y algunos de sus colaboradores, a los que el juez Carlos Bonadio quiere procesar por los presuntos delitos de traición a la patria y encubrimiento de los iraníes acusados del atentado contra la mutual judía en 1994.
Detrás del asunto está el memorándum de entendimiento con Irán de 2013, que habría apuntado a dejar en la impunidad a los iraníes a cambio de estrechar lazos, por ejemplo, comerciales. ¿Qué hay de eso?
Carlos Escudé: Según mi saber y entender, el memorándum con Irán fue un acto de gobierno quizás equivocado, quizás inservible, pero que de ninguna manera puede ser sometido a los tribunales en la manera en que se lo está haciendo. Las acusaciones no tienen ningún fundamento. En primer lugar, porque desde el momento en que se firmó el memorándum con Irán en 2013, hasta el momento en que se produce la denuncia de Nisman, en 2015, no hubo un aumento del comercio exterior argentino con Irán, no hubo compras de petróleo iraní como se ha dicho irresponsablemente. La verdad es que la Argentina no tiene la capacidad de refinar el tipo de petróleo que exporta Irán, por eso es que nosotros nunca hemos importado petróleo de Irán.
Tampoco al llevar a cabo este memorándum de entendimiento se enviaron órdenes a Interpol para que cesaran las alertas rojas. Eso no se hizo; todo lo contario: se dejó muy bien en claro que estas alertas rojas seguían en vigencia. El sentido del memorándum, era poder enviar a oficiales de la Justicia argentina para entrevistarse con personas iraníes que desde el punto de vista de la Justicia argentina eran sospechosas.
¿En qué contexto se llevó a cabo?
Esto estaba ocurriendo en el mismo momento en que Estados Unidos estaba arreglando un acuerdo sumamente importante, que implicaba también un gran acercamiento con Irán. Es decir que el panorama internacional era favorable a tener un trato más fluido con la teocracia de los persas. Todo indica que antes de esta fecha, durante mucho tiempo, tanto Estados Unidos como Israel intentaron aislar a Irán. El propio Wall Street Journal –lo puedo documentar- publica artículos diciendo que Estados Unidos usa la investigación para aislar a Irán. Ese es un objetivo geopolíticamente aceptable. Los Estados hacen esas cosas. Pero es algo que no tiene absolutamente nada que ver con hacer justicia respecto de un acto terrorista.
La verdad es que no hay pruebas fehacientes de que haya sido Irán responsable de los actos terroristas que se produjeron en Argentina en los años 1992 y 1994, contra la embajada de Israel y contra la AMIA. (…) Las pruebas que existen, los indicios que existen, provienen de personajes que son altamente sospechosos. El Testigo C, por ejemplo, mantuvo una identidad reservada; cuando se conoció su nombre y apellido, se supo que siempre había sido un doble agente y que había trabajado para la inteligencia iraní, siendo en realidad un agente de los Estados Unidos. Después hubo otro, un muchacho. Pero los dos testigos respecto del involucramiento de la cúpula iraní en los atentados en Argentina son altamente sospechosos de falta de veracidad.
Ahora, el presidente Trump está empeñado de nuevo en aislar a Irán e incluso desearía echar atrás el acuerdo nuclear. ¿Cree que eso tenga que ver con la oportunidad en que se dicta el procesamiento?
Es posible que esa sea la razón de la oportunidad en que se da esta situación. (…) Yo soy totalmente antikirchnerista, que no le quepa ninguna duda de eso; y yo no estoy haciendo una defensa de la expresidenta. Esta es una defensa del sentido de la justicia. Si a la señora expresidenta la meten presa por haber robado y si el proceso judicial está bien llevado a cabo, yo solamente voy a aplaudir. Pero que se acuse de traición a la patria a una presidenta y a un canciller que firmaron un memorándum que lo que buscaba era ver si –en vista de que Irán no iba a enviar a los sospechosos a Argentina, quizás se podía mandar a funcionarios judiciales argentinos a Irán para hacerles preguntas- es un disparate.
¿Se está reflejando el conflicto del Medio Oriente en Argentina?
Yo soy un gran entusiasta del Estado de Israel, podría decir incluso que soy en alguna medida sionista, pero no estoy a favor de la mentira. Lo que ocurrió en este caso es parte del gran juego geopolítico internacional que no tiene que ver con los intereses de Argentina. Y es verdaderamente una canallada que se quiera meter presa a una expresidenta y a un excanciller por un acto de gobierno que no es justiciable. Fue un acto de gobierno estúpido, que seguramente estaba destinado a no tener éxito jamás, pero eso no es un delito. Traición a la patria no hubo en esto. Si la hubo en alguna otra cosa, no sé.