La noche del martes, la policía de Brasil anunció la detención de Danubia de Souza Rangel, pareja de uno de los narcotraficantes más peligrosos de Río de Janeiro y considerada como una de las responsables de la guerra entre narcos que inició en septiembre.
La guerra presuntamente opone al exjefe del tráfico de Rocinha Antonio Francisco Bonfim alias ‘Nem’, preso desde 2011, disconforme con su sucesor Rogério Avelino da Silva ‘Rogério 157’, hoy buscado por las autoridades.
Condenada a 28 años de prisión por tráfico de drogas en marzo de 2016, Rangel era considerada fugitiva, aunque eso no le impidió retar a las autoridades publicando a menudo fotos en bikini en las redes sociales.
La mujer de ‘Nem’ está acusada de haber comandado la ofensiva de septiembre contra ‘Rogerio 157’ cumpliendo las órdenes de su pareja, preso en una cárcel de máxima seguridad al norte de Brasil.
Rangel fue arrestada en la favela de Morro do Dendê, cerca del aeropuerto internacional de Rio, anunció la policía en Twitter.
Actuación militar
Tras la detención de Rangel, el Ejército brasileño regresó este miércoles a Rocinha, en una acción sorpresiva para requisar armas y drogas, informó la asesoría de Seguridad de la ciudad.
Por segundo día consecutivo, militares fuertemente armados, camiones y carros blindados se apostaron en la barriada como parte de un plan para intentar pacificar una zona contigua al acomodado barrio de Gávea, en el sur de Rio, donde los tiroteos entre bandas narcotraficantes rivales son frecuentes.
“El Ejército está haciendo un barrido en procura de armas y drogas en lugares donde hubo enfrentamientos o que fueron denunciados por la población o informados por inteligencia”, dijo a la AFP un asesor de la Secretaría de Seguridad del estado.
“Esta operación va a tener otros desdoblamientos con la presencia del Ejército, que ahora está usando sus equipos para barrer el lugar buscando armas y explosivos. Son acciones que tienen que contar con el factor sorpresa”, añadió el funcionario.
La violencia en Rocinha, donde viven unos 100.000 habitantes, se agudizó el último mes por una invasión de traficantes que querían disputar el control de la venta de drogas a un grupo rival, lo que llevó a la intervención del Ejército.
Las autoridades dieron por “estabilizada” la situación en Rocinha y decidieron retirar el 29 de septiembre a los 950 soldados que había desplegado. El gobierno de Rio dejó desde entonces un patrullaje policial reforzado de 500 hombres.
Pero los tiroteos no han cesado y provocaron al menos nueve muertos en los últimos días.