Los puertorriqueños que votaron este domingo en un plebiscito marcado por la abstención y boicoteado por la oposición opinaron a favor de la anexión a Estados Unidos, un resultado que el gobernador prometió defender en foros internacionales.
Unos 2,2 millones de electores puertorriqueños estaban llamados a elegir entre la anexión, la independencia o mantener el statu quo, en un plebiscito no vinculante para Washington sobre el futuro político de esa isla en bancarrota.
Tras el cierre de las urnas, la anexión ganaba holgadamente con 457.959 sufragios (97,26%), según el reporte de la Comisión Estatal de Elecciones.
Pero la participación, con 86,75% papeletas escrutadas, era de 22,70%.
Estos resultados eran previsible dado el boicot de los partidos Independentista Puertorriqueño (PIP) y Popular Democrático (PPD), que consideraron la consulta “una farsa”.
El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló Nevares, anunció tras votar por la anexión que acudirá “a los foros internacionales para defender el argumento de la importancia de que Puerto Rico sea el primer estado hispano de Estados Unidos”.
El presidente del anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP) manifestó que su gobierno luchará “en Washington y en el mundo entero” para lograr la anexión de esta isla del Caribe.
Puerto Rico, Estado Libre Asociado a Estados Unidos desde 1952 aunque carente de poderes soberanos, se encuentra en la bancarrota fiscal con una deuda pública de 73.000 millones de dólares y una economía con una década de estancamiento.
El gobierno de Rosselló Nevares ha sido criticado por gastar 7,5 millones de dólares en la consulta, mientras ha cerrado este semestre 163 escuelas del sistema de educación pública con el alegado propósito de ahorrar fondos.
Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses desde 1917, pero están impedidos de votar en las elecciones presidenciales o congresales a menos que residan en Estados Unidos.
Según el partido gobernante, la anexión o “estadidad” es la respuesta a la crisis financiera que padece la isla de 3,4 millones de habitantes.
“Quiero garantizar el futuro de mis hijos y de mis nietos con las aportaciones federales que nos corresponden”, dijo a la AFP Miriam Cruz, un ama de casa, tras votar a favor de la estadidad.
Las urnas abrieron a las 08:00 locales en medio de un ambiente de escepticismo: los partidos opositores no hicieron campañas, no se veían caravanas en las calles ni multitudes de votantes en los colegios electorales.
“Yo espero que después de 100 años de ser un territorio de los Estados Unidos, enviemos un mensaje al Congreso de Estados Unidos de que Puerto Rico está ya listo para hacer algo con su futuro”, dijo a la AFP el votante Marcos Rodríguez en Guaynabo, en el oeste de San Juan.
Crisis fiscal
Puerto Rico lleva una década con su economía barranca abajo. La isla vivía de grandes empresas que se instalaban atraídas por las exenciones de impuestos, pero esos beneficios fueron abolidos en 2006 y comenzó la caída libre.
Hoy el 46% de sus 3,5 millones de habitantes vive en la pobreza.
El mes pasado, la isla cayó en la mayor quiebra de una entidad estadounidense. Washington supervisa sus finanzas, pero no muestra disposición a rescatar a Puerto Rico; entre otras cosas porque no es propiamente un estado de la Unión.
Rosselló promueve la estadidad porque “la inyección de dinero de parte del gobierno federal resolvería la crisis económica”, dijo a la AFP Edwin Meléndez, director del Centro de Estudios Puertorriqueños de la Universidad Hunter de Nueva York.
Pero “la mitad de la población, o más, piensa que esto no ocurrirá porque el Congreso es reticente a entregar más dinero”, explicó.
Además, Washington no prestará atención al resultado, añadió, “porque el plebiscito no es vinculante (…) y, sobre todo, porque carece de legitimidad” debido al boicot.
Es el quinto plebiscito de estatus en la historia de Puerto Rico -los otros fueron en 1967, 1993, 1998 y 2012– para definir su relación con Estados Unidos, que lo invadió en 1898.
En el último referendo de 2012, la mayoría de los electores se dijo descontenta con su condición de Estado Libre Asociado. Pero desde entonces no cambió nada y Rosselló quiere volver a intentarlo.
“Nosotros, como pueblo, necesitamos esa inyección (económica) como los demás estados”, comentó una votante, Michelle Sierra, el sábado cuando ejercía su voto adelantado en el Hospital Español de Auxilio Mutuo en San Juan.