El crimen de Lucía Pérez, una adolescente de 16 años en Mar del Plata, ha consternado a Argentina, debido a la brutalidad ocupada por los autores del delito.
La adolescente, que fue intoxicada con altas dosis de cocaína, fue violada por al menos dos hombres y sometida a reiteradas torturas, incluyendo un empalamiento.
Por este caso, se encuentran tres personas detenidas, dos sospechosas de haber violado y torturado a la adolescente, mientras que el tercero habría encubierto el ilícito.
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El hermano de Lucía, Matías Pérez de 19 años, publicó una conmovedora carta en su cuenta personal de Facebook, donde cuenta cómo la familia ha vivido los últimos días y que han recibido amenazas de muerte por parte de desconocidos, por lo que están bajo resguardo policial.
“Mientras intentamos procesar que la mataron y cómo la mataron, estamos obligados a procesar las amenazas de muerte que caen sobre todos nosotros“, indica en la misiva según consigna Clarín de Argentina.
Matías describe a su hermana como una joven tranquila y afirma que el día de su muerte, los hombres se la llevaron engañada desde la casa.
“Vivía tranquila, sin salir mucho de casa, hasta ese maldito sábado, 8 de octubre. Pasaron a buscarla cerca de las 10, cuando papá ya se había ido a su laburo. Y a las 15, cuando mi mamá llegó de trabajar, encontró el Facebook abierto en su computadora, junto al equipo de mate, porque sí, Lucía creía que iba a volver inmediatamente a su casa… Se la llevaron engañada”, expresa en la carta.
Tras denunciar la desaparición de la adolescente, la familia recibió una llamada de la policía para reconocer un cuerpo que podía ser el de Lucia.
“Pedí reconocer el cuerpo, pero se negaron. Me rehusé a irme e insistí incansablemente, hasta que pude verlo: estaba en una camilla, con los ojitos entreabiertos, como acostumbraba a dormir“, cuenta el joven.
La carta de Matías finaliza con un pedido para terminar con los crímenes de odio en contra de las mujeres: “Hay que tomar fuerzas y salir a las calles, para gritar todos juntos, ahora más que nunca: ‘Ni una menos"”.
Carta de Matías Peŕez por asesinato de su hermana Lucía
La verdad, me hubiera gustado poder ilustrar esta carta con alguna foto mía, riendo junto a mi hermana. O con una foto suya, abrazada por mis viejos. Pero no, no podemos, ni siquiera eso podemos, porque mientras intentamos procesar que la mataron y cómo la mataron, estamos obligados a procesar las amenazas de muerte que caen sobre todos nosotros.
¿Cómo era Lucía? Como el arte, como el rock, como el amor a los animales. Ahí, en cada estrofa de Viejas Locas, en cada pogo ricotero y en cada abrazo a una mascota abandonada, la van a poder encontrar siempre, sonriendo, mimando a su perro y tirando buena onda para todos lados, por las dudas.
Vivía tranquila, sin salir mucho de casa, hasta ese maldito sábado, 8 de octubre. Pasaron a buscarla cerca de las 10, cuando papá ya se había ido a su laburo. Y a las 15, cuando mi mamá llegó de trabajar, encontró el Facebook abierto en su computadora, junto al equipo de mate, porque sí, Lucía creía que iba a volver inmediatamente a su casa… Se la llevaron engañada.
A las 18, una amiga me avisó que debíamos ir a la comisaría, porque mi hermana había sufrido un accidente. Nunca podría haber imaginado lo que me esperaba. Al llegar, con mi mamá, la oficial que nos atendió no sabía qué decirnos, de modo que permanecimos diez eternos minutos en la oficina del comisario, hasta que nos dieron la noticia. Y se nos cayó el mundo. Pedí reconocer el cuerpo, pero se negaron. Me rehusé a irme e insistí incansablemente, hasta que pude verlo: estaba en una camilla, con los ojitos entreabiertos, como acostumbraba a dormir.
Matías Farías, Juan Pablo Offidani y Alejandro Maciel, los tres sospechosos, hoy están detenidos. Pero no nos alcanza: queremos justicia en serio, que se investiguen todas las causas en las que están involucrados y que cada persona con información pueda ir a la Fiscalía para aportarla. Necesitamos apoyo, sin importar de quién, porque este caso nos compete a todos y no pertenece a ningún sector partidario: se trata de una chica, mi hermana, que murió de una forma horrenda.
Y debemos ser conscientes, sí, porque esta vez le tocó a Lucía sufrir esa bestial violencia de género, pero la próxima te puede pasar a vos, o a la persona que más amás en el mundo. Hay que tomar fuerzas y salir a las calles, para gritar todos juntos, ahora más que nunca: “Ni una menos”.
Sólo así, evitaremos que maten a miles de Lucías más.
Y sólo así podremos cerrar sus ojos, para verla descansar en paz.