El senado de Brasil consumó este miércoles “un golpe de estado parlamentario”, dijo Dilma Rousseff, en su primera reacción tras ser destituida de la presidencia de Brasil.
La depuesta presidenta brindó una rueda de prensa en el Palacio de Planalto, junto a un grupo de adherentes y visiblemente emocionada por lo acontecido.
Visiblemente afligida, señaló: “Decidieron interrumpir el mandato de una presidenta que no cometió crimen. Condenaron a una inocente y consumaron un golpe de Estado“.
“Oigan bien: ellos piensan que nos vencerán, pero están equivocados. Sé que todos vamos a luchar”, añadió.
La mandataria también acusó que la decisión del Senado de Brasil era “misógina y homofóbica”.
“Es un golpe contra nuestro pueblo. El golpe es misógino, es homofóbico y racista. Es una imposición de la cultura de la violencia”, dijo Rousseff.
O golpe é contra o povo e a Nação. É misógino. É homofóbico. É racista. É a imposição da intolerância, preconceito, violência #LutarSempre
— Dilma Rousseff (@dilmabr) August 31, 2016
“61 senadores sustituyeron la voluntad expresada por 54,5 millones de votos (…). El Senado Federal tomó una decisión que entró para la historia de las grandes injusticias. Los senadores que votaron por el impeachment escogieron rasgar la Constitución Federal, decidieron por la interrupción del mandato de una presidenta que no cometió crimen de responsabilidad, condenaron una inocente y consumaron un golpe parlamentario”, añadió.
Rousseff fue informada poco después de la decisión, que se tomó al final de un proceso que desde hace nueve meses estremece a Brasil.
Después de aprobar su destitución, el Senado conservó los derechos políticos de la mandataria, por lo que Rousseff, si lo desea podrá presentarse a cargos políticos.
“Escuchen bien: ellos piensan que nos vencieron, pero están engañados. Sé que todos vamos a luchar. Habrá contra ellos la más firme, incansable y enérgica oposición que un gobierno golpista pueda tener”, advirtió.
Si bien quedó habilitada para funciones públicas, Rousseff, que gobernó desde el 1 de enero de 2011 hasta este miércoles, no podrá optar al cargo de presidenta en 2018 porque ganó dos elecciones consecutivas.
“Esta historia no acaba así. Estoy segura que la interrupción de este proceso por el golpe de estado no es definitiva. Nosotros volveremos, volveremos para continuar nuestra jornada rumbo a un Brasil en que el pueblo es soberano”, prometió.