La Cancillería lamentó la muerte de la chilena Zaida Catalán en la República Democrática del Congo, quien participaba de una misión de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

“Mis más sentidas condolencias por el trágico fallecimiento de Zaida Catalán, compatriota chilena y sueca. Estamos con la familia y amigos de Zaida en este momento de profunda tristeza“, indicó el canciller chileno, Heraldo Muñoz.

Además de Catalán, también fue encontrado muerto el estadounidense Michael Sharp, ambos habían sido secuestrados el 12 de marzo, al mismo tiempo que sus cuatro acompañantes congoleños en la provincia de Kasai Central, sacudida por la rebelión de Kamwina Nsapu, líder tradicional que se rebeló contra el gobierno de Kinshasa antes de ser abatido durante una operación militar en agosto de 2016.

“Desde que desaparecieron, los magistrados militares abrieron una investigación que acaba de acelerarse con el hallazgo de los cuerpos”, declaró a la AFP el portavoz del gobierno congoleño, Lambert Mende.

Zaida Catalan y Michael Sharp “perdieron su vida intentando comprender las causas del conflicto y la inseguridad en la RDC, con el objetivo de ayudar a devolver la paz a este país”, declaró el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un comunicado.

“Confío en las autoridades congoleñas para llevar a cabo una investigación completa sobre este incidente. Naciones Unidas también realizará una investigación”, añadió.

“Estos cuerpos fueron encontrados en una fosa y fueron identificados formalmente por los especialistas de la MONUSCO, especialmente el equipo de la policía de Naciones Unidas”, explicó por su parte Charles-Antoine Bambara, director de información pública de la Misión de la ONU en RDC (MONUSCO), durante una conferencia de prensa en Kinshasa.

“Los cuerpos van a ser sin duda repatriados” primero se trasladarán a Kinshasa, y después “en conversaciones con las representaciones diplomáticas veremos cómo Naciones Unidas las ayudará a enviar estos cuerpos” a sus países de origen, añadió.

La identidad de los asesinos y su motivación para cometer estas ejecuciones se desconoce todavía.

Catalán era de madre sueca y padre chileno, quien fue exiliado del país durante la dictadura de Augusto Pinochet.