La multitudinaria marcha contra las AFP realizada el domingo 24 de julio demuestra que hay muchos chilenos que no están conformes con el actual sistema previsional. Pero las pensiones en nuestro país no siempre han sido así: antes había otra modalidad.
Actualmente las Aseguradoras de Fondos de Pensiones (AFP) se rigen por un modelo que se llama Sistema de Capitalización Individual y fue implementado por la dictadura de Augusto Pinochet, comenzando a regir en 1980.
Según explica la Superintendencia de Pensiones en su sitio web, este método consiste en que “cada afiliado posee una cuenta donde se depositan sus cotizaciones previsionales, las cuales se capitalizan y ganan la rentabilidad de las inversiones que las Administradoras realizan con los recursos de los fondos. Al término de la vida activa, este capital le es devuelto al afiliado o a sus beneficiarios sobrevivientes en la forma de alguna de las modalidades de pensión”.
Antes de las AFP, Chile se regía por otra estructura muy diferente llamada Sistema de Reparto. Éste consistía en que todas las cotizaciones de los trabajadores activos y los aportes del Estado (el Fisco contribuía con cerca del 30% del total de recursos) iban a un fondo común, y dicho dinero se utilizaba para pagar las pensiones a los trabajadores pasivos es decir, a los jubilados.
Los montos de las pensiones que recibía cada persona no dependían del dinero que ésta hubiese aportado durante su vida laboral activa, sino que se relacionaban con la caja de previsión a la que perteneciera y con el cumplimiento de ciertos requisitos previamente establecidos.
Se podría decir que estas cajas de previsión equivaldrían a las actuales AFP. Llegaron a existir hasta 52 de estas instituciones, y en general los trabajadores pertenecían a aquella que fuese ligada al rubro en que se desempeñaban.
Por ejemplo, algunas de las cajas eran: Canaempu (Caja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas), Empart (Caja de Previsión de Empleados Particulares), Cajaferro (Caja de Retiro y Previsión Social de los Ferrocarriles del Estado), Camuval (Caja de Previsión Social de los Empleados Municipales de Valparaíso), Capresomu (Caja de Previsión Social de los Obreros Municipales de la República), Gasco (para empleados de la Compañía de Consumidores de Gas de Santiago), entre muchas otras.
Las antiguas cajas de previsión se fusionaron con el ex Instituto Nacional de Previsión Social (INP) en los ’80, y a su vez el ex INP luego pasó a ser parte del actual Instituto de Previsión Social (IPS).
Aún hay trabajadores que pueden cambiarse al antiguo sistema de reparto. Mira aquí los requisitos que se deben cumplir para ello.
Cómo se calculaban las pensiones
La Superintendencia explica que en el Sistema de Reparto, “el cálculo de las pensiones se hacía, como regla general, sobre la base del promedio de las remuneraciones imponibles registradas durante cierto lapso (12, 24, 36 o 60 meses) en relación con el tiempo de cotizaciones”.
No obstante, “existía un grupo de trabajadores del sector público y otros grupos minoritarios, cuyas pensiones se reajustaban igual que los sueldos que percibían los trabajadores en actividad”.
Asimismo, habían otras pensiones “que se calculaban sobre la base de la última remuneración percibida en actividad, a la fecha de cese de funciones”.
Los requisitos para acceder a las pensiones variaban en todas las cajas. Por ejemplo, algunas exigían “ser imponente al momento de cumplir la edad para solicitar el beneficio” o pedían un número mínimo de años cotizados.
Por qué se cambió el antiguo sistema por las AFP
La Asociación de AFP de Chile, que reúne a todas las AFP del país, se refiere en su portal web al antiguo sistema de pensiones que existía en el país, y enumera las razones que habrían llevado a realizar el cambio en 1980.
Según indica la entidad, el principal problema habría sido que el antiguo sistema comenzó a quedarse sin financiamiento, porque llegó un momento en que habían muy pocos trabajadores activos para costear todas las pensiones de los jubilados.
Las causas de este conflicto habrían sido la “permanente disminución de la natalidad” y el “aumento en las expectativas de vida”.
“Mientras que en el año 1955 por cada 12,2 trabajadores cotizantes había 1 pensionado, en 1980 por cada 2,5 trabajadores cotizantes había 1 pensionado. Es decir, sólo en 25 años el costo de los trabajadores cotizantes se incrementó casi 5 veces”, detalla la organización.
En el siguiente gráfico, realizado por la Asociación de AFP, se puede ver la disminución que se habría dado en la cantidad de trabajadores activos versus el número de pensionados, de acuerdo a cifras de la entidad:
Otra razón que cita la asociación para justificar el cambio es que habría existido una alta evasión previsional, lo que habría contribuido al desfinanciamiento del sistema.
“A trabajadores y empleadores les resultaba más económico hacer imposiciones por el mínimo legal, preocupándose sólo de imponer por valores reales los últimos años de la vida activa del trabajador, cuando las imposiciones eran consideradas para la jubilación. Esta situación obligaba al Estado a elevar las imposiciones, lo que a su vez incentivaba una mayor evasión previsional y así, sucesivamente”, sostiene.