Paulina Palma se hizo famosa por una fotografía que la mostraba posando delante del gran incendio que sufrió Valparaíso en 2014. Casi de inmediato la imagen se viralizó por redes sociales, y con el tiempo, se convirtió en un meme local célebre, uno de los más citados de la web.

Su postura ha sido recortada y photoshopeada hasta el hartazgo con innumerables contextos de fondo: las torres gemelas, la Franja de Gaza, etc. Y ahora, ha sido inmortalizada en un cuadro pintado en acrílico, que por estos días está a la venta en 300.000 pesos.

La obra (una pintura de 80×90, cuya realización demoró dos días) es del destacado artista Francisco Papas Fritas, el mismo que estuvo detrás de Ad Augusta per Angusta, la acción de arte que exhibió las cenizas de los pagarés de estudiantes y a la vez deudores de la Universidad del Mar.

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La fotografía del acrílico la colgó en su perfil de Facebook a modo de aviso, y en pocas horas sumó centenares de reacciones, desde risas hasta ofertas serias por la compra.

BioBioChile se contactó con Francisco Papas Fritas para hablar del cuadro y las razones que lo motivaron al respecto.

“Bueno es claro que la imagen de ella se popularizó en los momentos que se genera un cuestionamiento ético por su fotografía, pero también por los infinitos memes que se crean de ella. Y lo que hago con ello es un traspaso de imagen o re interpretación, sacando de contexto a la pintura de su relación constante con la burguesía, y reflexionar sobre la capitalización del todo, es decir un capitalismo subjetivo, que puede mercantilizar la desgracia como un fondo de pantalla, a un fotograma de una película donde la personaje es la capitalización del cuerpo, que reúne discursos tan evidentes del cómo se debe posar o tener una postura del cuerpo frente a la realidad mercantil, hasta la desvinculación ética, con de las realidades, más allá de la sensación o la necesidad individual”, escribió Francisco Papas Fritas.

¿Cuál ha sido la respuesta del público?

– Es interesante y digno de analizar, la cantidad de me gusta que ha tenido la pintura, se ha viralizado con mucha facilidad para ser una pintura, de quien claro es un ícono popular hoy por hoy, pero también me parece que las personas no están tampoco acostumbrados a ver en pinturas, personas de su propio pueblo, mestizos, de nuestra clase social, y que si bien lo dije antes de conductas culturales populares basadas en la creación de subjetividad del mercado y las políticas públicas. Pero es posible que ese vacío de desclasarse y reencontrarse en una clase social mediante una pintura, provoque reacciones, que pasan por el asombro de algo imposible o increíble, que pareciera una broma del mal gusto tanto de la fotografiada como de quien pinta para reflexionar acerca de la capitalización de la gestualidad corporal a través de la subjetivación.

Pasados tres días desde la publicación original, el artista optó por borrar la imagen del cuadro y pedir disculpas, también a través de Facebook, sobre la situación. “Me dirijo a través de esta carta abierta a la Sra. Paulina Palma Gonzales y su familia, con el fin de pedir disculpas públicas, por los daños y perjuicios emocionales o psicológicos, por medio de la pintura que realice y que se dio a conocer públicamente en mi Facebook esta semana.
Quiero decir que en ningún caso desee incomodar, burlarme, o crear molestias a su familia (…)”, escribió en su muro. En la misiva, también se comprometió a no vender la obra.