Imagina que estás chorreando sangre sin poder detenerla. Luego alguien te aplica un gel en la herida y la hemorragia se detiene instantáneamente y estás curado en cuestión de minutos.
Esta es la premisa de VetiGel, un polímero basado en algas creado por Joe Landolina, un joven de 22 años que inventó el producto cuando tenía sólo 17 años. El joven es ahora el cofundador y CEO de Suneris, una compañía de biotecnología que fabrica el gel.
Cuando se inyecta en un sitio de la herida, el gel puede formar un coágulo en 12 segundos y curarla permanentemente en cuestión de minutos, dice Landolina. “El producto más rápido que tenemos tarda 12 segundos”, expresa al portal de noticias Business Insider.
Cada lote de gel comienza como algas, que se compone de pequeños polímeros individuales. Si rompes esos polímeros en piezas aún más pequeñas, “como los bloques de Lego”, dice Landolina, puedes ponerlos en el gel e inyectar ese químico en el sitio de la herida.
Una vez en el tejido dañado, ya sea piel abierta o un órgano blando biopsiado (hígados, riñones, bazos), el gel forma instantáneamente una estructura similar a una malla.
“Lo que eso significa, por un lado, es que el gel hará un adhesivo muy fuerte que mantiene la herida unida”, dice Landolina y explica: “Pero, por otro lado, esa malla actúa como un andamio para ayudar al cuerpo a producir fibrina en la superficie de la herida”.
La fibrina ayuda a reparar el tejido a largo plazo. Es lo que le permite a VetiGel no sólo trabajar rápido para sellar fugas, sino también curar la piel. A los pocos minutos de la aplicación, el gel se puede eliminar de forma segura.
Un adolescente brillante
Cuando tenía 17 años, Landolina inventó una versión temprana del gel del laboratorio de su abuelo. Todavía estaba en la escuela secundaria.
Un tiempo después, como estudiante de primer año en la Universidad de Nueva York, él y un joven ingresaron al gel en una competencia comercial. Se enfrentaron a estudiantes de posgrado y profesores; sin embargo, de todas formas lograron ganar el segundo lugar de la competencia.
Durante los siguientes cuatro años y medio, Landolina convirtió el prototipo en un negocio. Su socio del proyecto, Isaac Miller, se convirtió en su cofundador y director financiero. VetiGel comenzó a tomar forma.
Hoy, Suneris está trayendo VetiGel a los dueños de animales. La compañía está recibiendo preordenes de las consultas veterinarias y comenzará el envío desde sus oficinas de Brooklyn más adelante este verano.
El primer producto en el despliegue es un paquete de cinco jeringas de 5 mililitros que cuesta 100 mil pesos (chilenos). Landolina dice que Suneris tiene su mira puesta en Estados Unidos primero, seguido de un lanzamiento en Europa y Asia a principios del año próximo. La compañía se ha asociado con VetPlus, una compañía británica enfocada en medicina animal, para expandir su manufactura a través del estanque.
Unos años más tarde, dice Landolina, el objetivo será crecer desde las veterinarias para ayudar a tratar a los miembros de nuestra propia especie.
Él pronostica recibir la aprobación de la FDA dentro del año para realizar pruebas en heridas humanas. Si todo va de acuerdo con el plan, VetiGel primero ayudará al personal militar a tratar las lesiones traumáticas. Luego entrará en quirófanos y, finalmente, en hogares individuales.
Landolina dice que Suneris aún no ha observado ningún efecto secundario negativo de VetiGel. La compañía celebra reuniones semanales con veterinarios para garantizar que el producto satisfaga sus necesidades.
VetiGel no es el único invento de curación de heridas de este tipo. Otro producto, llamado -curiosamente- Vitagel , también ayuda al cuerpo a dejar de sangrar rápidamente usando métodos similares.
Suenris anunció la semana pasada que comenzaría a enviar VetiGel a veterinarios más adelante este verano. Los humanos no estarán muy lejos de probar este producto.