A principios de este mes se conoció que Facebook debió desconectar dos inteligencias artificiales tras detectar que habían desarrollado un lenguaje propio. Los robots, desarrollados por la misma red social para entablar negociaciones entre ellos, comenzaron a comunicarse con palabras-código, creando mensajes que terminaron siendo inentendibles para el ser humano.
El experto en inteligencia artificial y académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Francisco Watkins, reconoce que este hecho representa un peligro, en relación al grado de autonomía que pueden alcanzar estos “chatbots”, que prescindieron absolutamente del ser humano al momento de realizar sus operaciones.
No obstante, el Doctor en Sistemas de Comunicaciones señala que crear un lenguaje es una operación relativamente sencilla para una inteligencia artificial. No así, comprender y reproducir los idiomas propiamente humanos.
“Cuando uno le habla a un computador, este tiene que tener, primero, una base de gramática que le permita comparar lo que se está diciendo, armando un mensaje para saber si obedece a determinado lenguaje. Luego, viene la sintaxis u orden para comprender el significado, la idea o la interpretación que se busca. En esto, los computadores se han demorado bastante”, explica.
En ese sentido, afirma que, independiente de este hecho, aún es pronto para constatar que la inteligencia artificial haya prescindido del hombre. Esto, asegura, aun cuando los impulsos eléctricos en el ser humano se muevan a 300 metros por segundo, mientras que los de ordenadores lo hagan a 300 mil km/s.
“La inteligencia artificial puede emular la creatividad, pero tiene un límite. El Hombre agrega una parte emotiva que hace que se alcancen ciertas cosas inesperadas”, sostiene.
Por eso, reitera que aun cuando el hecho reviste un peligro latente, el cerebro del hombre tiene un desarrollo de, al menos, 4 millones de años, lo que le ha permitido sortear distintos obstáculos y evolucionar. Esto último, a su juicio, hace pensar que el ser humano encontrará la forma de no ser prescindible.
“La gran ventaja de la inteligencia del hombre es que ha logrado acomodarse a las circunstancias”, concluye.