Una enorme cifra: $16.500.000.000. Ese es el recuento actual de la suma del fraude en Carabineros. El director general de la institución pidió perdón a todos los chilenos, se aplicaron destituciones, se anunciaron diversas medidas. La ciudadanía -muy indignada- protesta y se manifiesta en cada medio disponible: cartas al director, al opinar en un programa de TV o radio, redes sociales o conversaciones en el trabajo. A mediados de abril de este año, un menor mapuche de 14 años de la comunidad Antinao de Ercilla resultó herido por Carabineros en un procedimiento policial en la zona; a una semana de lo ocurrido el equipo médico aún no podía sacar los perdigones de su pierna.

El 18 de diciembre de 2016, Isaías de 13 años fue detenido violentamente por Carabineros en Collipulli, quedando en el suelo apuntado por un arma de fuego; al ir su hermano Brandon Hernández Huentecol de 17 años a socorrerlo es detenido, lanzado al suelo boca abajo y apuntado por una escopeta en su espalda, le dispararon cien perdigones; poco más de dos meses después es dado de alta.

Niños que tenían una vida común y corriente y no participaban de acciones reivindicativas, nada que un lector antimapuche pueda suponer: “de seguro, en algo andaban metidos”. Su agresor, aún siendo imputado, cumplía funciones en la institución, de lo más normal. Según el general de la IX Zona de Carabineros, Christian Franzani, se trató de un “accidente”.

Estos, se suman a los turbios casos de asesinatos de Jaime Mendoza Collio y Matías Catrileo (con irregularidades y encubrimientos incluidos); casos con culpabilidad comprobada de Carabineros en tribunales, aunque con breves sentencias de libertad vigilada.

¿Qué clase de sociedad es esta que se indigna por un problema de dinero y al mismo tiempo considera normal o un mero accidente que Carabineros atente contra la vida de niños mapuche? Se ha llegado a un nivel de insensibilidad en que la vida de niños sean solo un dato que se leyó desde el celular, en el metro o en el bus.

“Puñado de traidores”, “mancharon nuestro uniforme”, calificativos desde el alto mando a los involucrados en el fraude, petición de perdón a todos los chilenos; eso está muy bien. Ahora, ¿cuándo se le pedirá perdón a las familias mapuche por atacar a sus hijos? ¿qué más tiene que ocurrir para que declaraciones y medidas del mismo calibre se apliquen cuando Carabineros atente contra la vida de niños y jóvenes de nuestro pueblo?

Eric Melillanca Torres
Ingeniero Civil en Informática
Magíster (C) en Ingeniería Industrial
Presidente de Corporación de Desarrollo Mapuche Trawün
www.trawun.org