El pasado 24 de enero, se aprobó la Reforma a la Educación Superior, la cual establece una acreditación obligatoria, un nuevo sistema de admisión, fija los aranceles y promete la gratuidad universal. La aprobación de esta emblemática Reforma del Gobierno de Michelle Bachelet se ve como un éxito para su mandato. Sin embargo, la realidad es otra y no es más que un irrefutable engaño.