Nunca me gustaron los demócrata-cristianos: esa cosa meliflua suya, esa manía por estar al centro de todo (incluso de la estupidez) me cae mal nomás. Y cuando no, me aburre. Es verdad que el extremista es incapaz de desarrollar una idea con matices. Pero el DC admite tantos, tantos matices, que llega a ser insustancial.