Mi pensamiento es laico, es lo primero que debo decir, pero aquello no significa que no sienta un profundo dolor, y que también me agreda la destrucción del Cristo de la Gratitud Nacional, y esto lo digo con el mayor respeto que me generan los Salesianos por ser una congregación que funda su actuar en lograr el máximo desarrollo espiritual y material de niños y adolescentes en el mundo, para formar “buenos cristianos y honestos ciudadanos”.