La desconfianza es un mecanismo de defensa que a la humanidad le ha servido para sobrevivir en el pasado. Pero como sentimiento predominante al interior de una comunidad, la desconfianza es esencialmente dañina. La desconfianza alimenta el conflicto y debilita la cooperación. La desconfianza, además, dificulta las relaciones y las apuestas de largo plazo.
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