La mayoría de los trabajadores quiere mejorar sus condiciones laborales (ganar más, tener más tiempo libre o disponer, por lo menos, de mayor flexibilidad en su trabajo). Para eso, la fuerza del empresario debe ser equivalente a la del trabajador o, para decirlo en términos marxistas, la relación entre trabajo y capital debe ser simétrica, porque de otra forma, lo que tiende a ocurrir es que la parte más fuerte (generalmente considerada la del empresario), abusa.
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