No es casualidad que solo 13 de cada 100 personas se anime a mprender: es verdad que el empleo se puede perder en cualquier momento, pero también es cierto que para iniciar un negocio se necesita en primer lugar Un capital que a veces no se tiene: tanto para invertir como para poder pasar un buen tiempo sin ingresos, que es lo que pasa SIEMPRE con las empresas de verdad, que no son las que funcionan en base a ‘pasadas’. Y se necesita además un temple, un carácter, que está en peligro de extinción: un emprendedor no puede ser averso al riesgo, o intolerante al fracaso. En buen chileno, el emprendedor nato tiene y debe tener cuero de chancho…
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