El abogado de la Universidad de Chile y profesor de dicha casa estudios, Joaquín Trujillo Silva, sorprende con Lobelia (RIL Editores, 2017) una novela contundente, de prosa robusta y asertiva, que la convierte en uno de los grandes aciertos de la casa editorial en lo que va del año.

El texto narra la vida de Luisa Manso, una niña que vive su infancia en San Estanislao, un pueblo ficticio ubicado en las cercanías de Los Andes, y que poco a poco va descubriendo sus raíces, de la mano de su tía Lorena -quien crió de pequeña a la protagonista- hasta llegar a dar con el paradero de su madre; una mujer que se deshizo de sus hijos y asesinó a su padre, para así casarse con un potentado hombre de negocios.

Imbuida en una fuerte determinación por ajusticiar a quien destrozó a su familia y así recuperar la honra pisoteada por su progenitora, “Luchita” se ve envuelta en una serie de fantásticas historias que rayan en el surrealismo, encontrándose con personajes salidos de otras épocas – entre ellos su hermano Clemente, un niño especial que termina travestido en un bar de mala muerte; José Hipólito, su marido evangélico con quien termina casada solo breves minutos antes de su muerte, y su compañero Conrado, una suerte de caballero feudal imbuido en ideales que desencajan totalmente con la sociedad de su pueblo, entre otros.

Son estos personajes quienes ayudan a la protagonista a enfrentarse con su destino, y su aparición intermitente al interior del relato, van entregando a la historia una cargada dosis de fábula, que refuerzan la verdad, la justicia y la determinación, que dan vida a Lobelia.

Es sin lugar a dudas, una novela monumental. Más allá del número de páginas, Trujillo Silva va construyendo una alegoría -con ribetes épicos- respecto a cómo la modernidad va poco a poco devorando a la ancestral tradición y cómo ésta, desde sus armas más primitivas, va cobrando una revancha majestuosa, sin importar las consecuencias.

“Entre las montañas aledañas había un embalse. Ellos minúsculos, Luisa y Clemente, se acercaban a esa playa nueva en el macizo cordillerano.
-¿Y dónde está nuestro valle?
-¿Nuestro?
-El de nuestros ancestros, nuestro valle, nuestro país. (…)
Luisa observó el artificioso paisaje. Descubrió grandes casas de estilo georgian que estaban siendo levantadas en los ribetes del embalse. (…)
-Clemente – exhortó Luisa – ¿Dónde está entonces el valle completo? ¿Dónde está la casa de nuestros antepasados, los corrales, los adobes y todo eso? ¿Por qué me traes a ver este fenómeno? Quiero recorrer la casa colonial; mamá Norma me contó sobre ella. Vamos a verla y no perdamos más tiempo”.
(pág. 372)

Bajo esta impronta, va cuestionando cada uno de los roles de cada una de las instituciones que pueblan el mundo (la religión, la política, el poder económico, el matrimonio, etc.) de Luisa Manso, con lo cual cada capítulo va armando un mundo aparte -con códigos sumamente particulares- y adquiriendo un ritmo propio que cautiva al lector de principio a fin.

El único punto bajo de esta gran novela, es la ya permanente desprolijidad de RIL a la hora de editar textos. Persisten así las faltas de ortografía, errores de tipeo y también de encuadernación, los cuales afortunadamente, no logran mermar la calidad del relato.

En resumen, Lobelia (toma el nombre de esas flores que crecen salvajes, a sus anchas en la llanura) es un libro potente, una propuesta que puede llegar a ser un referente en la literatura chilena contemporánea. Una especie de Mito de Electra, pero en versión chilena, y 2.0. Es por eso que su lectura se hace muy recomendable.

“Lobelia”

Joaquín Trujillo Silva
RIL Editores,
2017
ISBN: 97895601403-8