Raúl Zurita es un referente para la literatura peruana. Por lo mismo, cada vez que viaja al país vecino sus declaraciones son apetecidas por los medios locales, y en su último arribo a Lima esto no fue la excepción. En diálogo con el diario Perú 21, el poeta habló de Chile y de su obra literaria, y por supuesto no pasó desapercibido.
De paso por Lima como invitado a una maestría en Literatura Hispanoamericana de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Zurita anunció un conversatorio y un recital, pero también tuvo palabras para mirar la sociedad chilena desde el extranjero.
“He trabajado dos ideas. Una, el tránsito de lo precario hacia el vislumbre de la felicidad en la dictadura de Chile. Todo lo que he hecho tiene que ver con eso“, apuntó. “(La segunda) ‘Zurita’ (2011), y es parte de un proyecto más grande, unos poemas sobre los acantilados que solo se van a leer de noche. Vida y obra van corriendo en paralelas y al final se juntan al momento de morir”, agregó.
Pero quizás su declaración más incendiaria fue respecto a su nación natal, una que según él “es todo lo contrario a lo que hubiera querido“. Consultado por su relación con la misma, Zurita respondió: “Chile no ha sido nada de lo que pensé que sería tras la dictadura. Es un país arribista, egoísta, insolidario, sumiso culturalmente“.
En relación a lo mismo, y a cómo se cruza la historia política local con su obra, comentó: “La poesía tiene que ser todo: política, de amor, denuncia. Ante la violencia extrema de una dictadura, intenté responder con la violencia extrema de la belleza (…). El arte no tiene importancia. En un solo gesto humano hay cien mil Novenas sinfonías, Guernicas. La tarea no era hacer poesía, sino hacer del mundo, un mundo decente. El arte son los escombros de una batalla que colosalmente se ha perdido”, explicó.
El autor de “El amor de Chile” (uno de sus textos más citados), quien recibió semanas atrás el Premio José Donoso, también se refirió a la poesía peruana. “En español, la poesía peruana es la de mayor tensión con la palabra, que es la diferencia entre (César) Vallejo y (Pablo) Neruda”, dijo.