La destacada soprano nacional, Claudia Parada, falleció a los 85 años en Italia, el país donde se radicó hace más de 60 años. Se trata de una de las voces líricas locales más importantes del género, que compitió con los más grandes exponentes de Europa en una época de álgida competitividad: la década del 50.
Según cuenta El Mercurio, en su edición de hoy 15 de diciembre, la salud de Parada se había deteriorado durante los últimos años. Así, falleció en su casa de descanso, en Cagliari. “Estuve con ella hace muy poco y fue un lindo reencuentro. Admiré mucho a mi hermana, con quien vivimos juntas durante años. Ella decidió quedarse en Italia, porque fue allí donde hizo su carrera, fue aplaudida, reconocida y premiada“, dijo la gestora cultural Martiza Parada al mismo diario, hermana de Claudia y encargada de confirmar la noticia.
La gestora también contó que sus restos serán incinerados en Italia para luego ser enviados a Chile, tal como era el deseo de la artista.
En específico, Claudia Parada fue una “soprano dramática”. En su carrera aparecen obras de Claudio Monteverdi, una versión de Jenufa de Leos Janacek y Wozzeck de Alban Berg. Fue discípula de Clara Oyuela, otra leyenda del género. Y en Milán hizo carrera desde su arribo en los cincuenta: según detalla La Tercera, se presentó al concurso del Teatro Nuovo de Milán y lo ganó. Y luego, debutó como Nedda en “I Pagliacci” de Leoncavallo.
Al tiempo se transformó en figura del Teatro La Scala. Sus roles en La fuerza del destino de Verdi y Anna Bolena de Donizetti fueron algunas de sus grandes glorias. En Europa deleitó con piezas como El trovador, Aida, Nabucco, Norma, Don Carlo, Fedora, María Stuardo y La Favorita, entre muchas otras. Además, compartió escenario con los tenores españoles Alfredo Kraus y Plácido Domingo.