A menudo criticada por su visión idealizada de la mujer, expresada en modelos ultradelgadas, la moda se abre un poco a las diferencias: Madeline, una joven con síndrome de Down, y Rebekah, que nació sin un brazo, desfilaban este domingo en Nueva York.
Madeline Stuart tiene solo 18 años pero ya hay un bolso que lleva su nombre. Oriunda de Australia, pasó 28 horas en un avión para desfilar en la Gran Manzana para el colectivo FTL Moda, que representa a jóvenes creadores italianos.
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No es la primera mujer con síndrome de Down en una pasarela neoyorquina. La actriz estadounidense Jamie Brewer la precedió, a inicios de año. Pero su madre cree que es la confirmación de que el mundo de la moda se abre progresivamente a la diversidad.
“Madeline está muy emocionada”, explica Rosanne Stuart durante los ensayos para el desfile del domingo en el Vanderbilt Hall, uno de los monumentales salones de la famosa estación Grand Central.
“Es formidable que le ofrezcan esta oportunidad. Es una plataforma fantástica para transmitir nuestras ideas sobre la integración y la discapacidad”, celebra la madre de Madeline.
Del acontecimiento participan dos organizaciones, la Fundación Christopher y Dana Reeve Foundation, creada por el actor tetrapléjico y su esposa, y Models of Diversity, una asociación británica que milita a favor de la diversidad en la industria de la moda.
Stuart habla en nombre de su hija, explicando que es difícil entenderle cuando recién se la conoce. Mientras tanto, Madeline, una joven pelirroja de mirada chispeante, parece estar en su elemento.
“Le encanta ser el centro de atención, que la gente la mire y sentirse alguien ‘cool’”, comenta su madre.
“Hoy ya nada se esconde”
El destino de Madeline cambió un día de mayo pasado, cuando puso en internet imágenes en las que posaba como una modelo. Rápidamente obtuvo 20.000 abonados en Facebook, que hoy suman casi medio millón.
Las marcas pusieron así sus ojos en ella: la joven empresa estadounidense EverMaya bautizó con su nombre un bolso y lo recaudado por su venta es volcado a la asociación nacional de síndrome de Down.
También se convirtió en la embajadora de una pequeña marca californiana de cosméticos, Glossigirl.
Hace un mes, FTL Moda la contactó para invitarla a desfilar en Nueva York.
Rosanna recuerda el camino recorrido desde el nacimiento de Madeline, a menudo dejada de lado cuando era niña.
“La gente es mucho más abierta actualmente”, sostiene. “Las redes sociales abrieron todo. Hoy ya nada se esconde”.
Y confía en que el ejemplo de Madeline logre convencer a los padres que sus hijos con síndrome de Down pueden llevar una existencia feliz.
Para promover aún más la diversidad, FTL Moda también convocó a una joven vendedora de automóviles de Nueva Jersey (este), Rebekah Marine. Nacida sin antebrazo derecho, esta morocha de 28 años se muestra orgullosa de ser llamada la “modelo biónica” porque utiliza una prótesis mecánica.
“Eso le da un pequeño ‘plus’ a lo que hago y lo encuentro más bien ‘cool’. Ahora muchos niños creen que soy una superheroína”, dice con una sonrisa.
Pese a su discapacidad, Rebekah soñaba con ser modelo cuando era niña. Fue a muchos ‘casting’ y sesiones fotográficas, sin éxito.
“El sector de la moda ha recorrido un largo camino”, dijo a la AFP.
“Muchas marcas todavía dudan en hacer desfilar a modelos que no necesariamente midan 1,70 metros y no sean delgadas, rubias y de ojos azules. Es un desafío, pero ha habido avances y es genial formar parte de este movimiento”, sostiene.
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Una foto publicada por Rebekah Marine (@rebekahmarine) el
Una foto publicada por Rebekah Marine (@rebekahmarine) el
“Si muero esta noche podré decir que fui la persona más feliz del mundo”, asegura. “Creo que pude dejar una huella en la gente y es todo lo que podría pedir”.
Rebekah y Madeline se conocieron en el backstage del evento.
Una foto publicada por Rebekah Marine (@rebekahmarine) el