¿Dorado con blanco o azul con negro? Escuchar esa pregunta se convirtió en todo un dolor de cabeza para los usuarios de Internet. El vestido conocido por el desafío #DressGate, dio vueltas al planeta dividiendo las opiniones respecto a su verdadero color.
Sin embargo, unos científicos españoles se tomaron el tiempo en descifrar la verdad detrás de la famosa prenda y llegaron a una conclusión: El vestido es azul y negro.
Los investigadores analizaron la percepción del color de la foto y el vestido en sí, para llegar a su conclusión.
De todas formas, cuando recién la imagen se dio a conocer en la redes, María Isabel Suero, catedrática de Óptica de la Universidad de Extremadura, intentó conseguirla enseguida. Se enteró sobre el fenómeno luego que su colega de la Universidad de Granada, Manuel Melgosa, fuera cuestionado por sus alumnos al respecto.
“Al principio, respondí sin mucha fortuna. Más tarde, me explicaron lo que estaba pasando. Es una ocasión excepcional para divulgar sobre nuestro conocimiento del color”, explicó Melgosa al diario español El País.
El profesor se contactó con María Isabel para comunicarle que tenía un ejemplar del vestido y estaba dispuesto a estudiarlo junto a ella. Si bien no existieron dudas que el vestido resultó ser negro con azul, los científicos hicieron algunas excepciones.
“Es azul y negro según un aparato que realiza una medición objetiva del color, un espectrofotómetro que puede predecir la percepción humana del color con una iluminación neutra, lo que llamamos luz día”, explicó Melgosa que añadió: “Las cosas no son de un color, sino que las percibimos de un color en función de tres factores: la iluminación, las propiedades del objeto y el sistema visual humano”.
En otras palabras, ante el ojo humano convencional (no daltónico) a la luz del día debería ver el vestido azul y negro, sin embargo el científico destacó que “parece ser el primer ejemplo de colores altamente ambiguos para las personas. Se trata de un asunto que puede ser muy novedoso en el ámbito de la óptica y el color”.
Ambos científicos junto al experto estadounidense Mark Fairchild, explican los factores que provocaran la disputa entre los usuarios de las redes, como “el propio uso de palabras ‘imprecisas’, como azul, que son incapaces de transmitir con exactitud la gama cromática de la que se está hablando”.
Pero no es sólo la percepción del ojo la que afectó el color. También las pantallas de los computadores o celulares en donde se observó la imagen influyó en el resultado, dependiendo de la luz que éstas utilizaron.
Otro factor que complicó la determinación del color, fue el fondo de la imagen. “En la foto que se viralizó resulta evidente que la iluminación del fondo influyó mucho en la percepción del color. El contraste con algo más oscuro o luminoso confunde al ojo”, concluyó Melgosa.