Con sólo 24 años, Lauren Wasser tenía todo lo que quería en la vida. Estaba rodeada de amigos, tenía incipiente carrera como modelo, era una destacada atleta e incluso se acaba de comprar un hermoso departamento en Santa Mónica, California.
Su vida cambió repentinamente y sin que pudiera hacer nada para evitarlo. Como cada mes, la joven norteamericana fue a la farmacia a comprar tampones por la llegada de su periodo, pero jamás pensó que éstos le provocarían un daño irreparable.
Tal como su madre le había enseñado, se cambió de protector tres veces en el día, sin embargo, de un momento a otro comenzó a sentirse muy enferma. Al principio pensó que eran síntomas de resfrío, por lo que decidió recostarse en la cama para descansar un momento. En adelanto, todo fue confuso, según reveló a la revista Vice.
Lauren sólo recuerda que despertó por los ladridos de su perro, cuando la policía golpeaba con fuerza su puerta. Como pudo se levantó y dejó entrar a los uniformados, quienes ingresaron para verificar que todo estuviese bien, y le dijeron que su madre -quien se encontraba convaleciente luego de una operación- los había llamado pues estaba muy preocupada por ella.
Con la poca conciencia que le quedaba, logró dar de comer a su mascota y llamó a su madre para tranquilizarla, quien le preguntó si necesitaba que le enviara una ambulancia. “Pero me sentía tan mal que no podía tomar una decisión por mí misma”, señaló. “Le dije que lo único que quería era acostarme y que le iba a llamar al día siguiente. Es lo último que recuerdo”.
Aún preocupada por su hija, la mujer envió nuevamente a la policía y a un amigo de su Lauren para verificar su estado, sin embargo, la encontraron desmayada en el piso el baño. “Fue el dolor más crucificante que haya sufrido. No sé cómo describirlo”, señaló la modelo.
La trasladaron hasta el hospital St. John, donde llegó con más de 40º de fiebre. Los médicos explicaron que la joven modelo había sufrido un ataque al corazón, que su órganos estaban dejando de funcionar y que sus posibilidades de sobrevivencia eran muy pocas.
Nadie sabía que le pasaba hasta que llamaron a un especialista en enfermedades infecciosas, quien descubrió que el tampón era el problema. Éste fue examinado por expertos, quienes confirmaron que poseía síndrome de shock tóxico, “una grave enfermedad provocada por una toxina liberada por bacterias, las cuales pueden contaminar estos elementos higiénicos”, según explica el portal de noticias Página 7.
Para que se desarrolle la enfermedad -se han presentado varios casos en la última década-, no basta con el uso del tampón, sino que es necesario que la persona posea la bacteria estafilococo en su sistema. A esto se suma que las fibras sintéticas, en conjunto con la absorbencia del tampón, crean un ambiente ideal para las bacterias que causan la afección.
La situación empeoró y Lauren debió ser puesta en coma inducido, mientras eliminaban las toxinas de su sistema, pero ya era tarde, porque la infección se transformó en gangrena en su pierna derecha. A pesar que los médicos y su familia hicieron todo lo posible por salvar la extremidad, no había solución y tuvieron que amputarla de la rodilla hacia abajo.
“Quería suicidarme cuando llegué a mi casa. Era esta chica y de pronto, no tengo una pierna, estoy en una silla de ruedas, tengo la mitad de un pie y no puedo caminar ni al baño, Estoy en la cama, no me puedo mover y sentía que esas cuatro paredes eran mi prisión”, agregó.
Demanda
La joven y su madre decidieron dar a conocer la situación y presentaron una demanda “contra la corporación Kimberly-Clark, el fabricante y distribuidor de los tampones Kotex Natural Balance, y contra las farmacias que venden Kotex Natural Balance”, marca que Lauren estaba usando en ese momento.
La denuncia asegura que todos los acusados son “negligentes, descuidados, y legalmente responsables de cierta forma” por lo que ocurrió.
Por regla, cada caja de tampones deben ir con la siguiente advertencia: “El tampón se ha asociado con el síndrome de shock tóxico (SST). El SST es una enfermedad rara y grave que puede causar la muerte. Lea y memorice la información del recuadro. No se debe usar por más de ocho horas”. Sin embargo, la familia asegura que esta etiqueta no era lo suficientemente clara.
“Las empresas de tampones] deberían decir: ‘No dormir con el tampón puesto. Use una toalla”, señaló Hunter Shkolnik, abogado de la familia. “Parte de nuestro trabajo es mostrar al jurado que no se trata de la etiqueta en la caja sino de que han tenido materiales disponibles por 20 años para hacer que los tampones sean más seguros pero prefieren no utilizarlos. Dicen que sus tampones son ‘naturales’ cuando en realidad lo que los hace peligrosos son los materiales hechos por el hombre. Su mercadotecnia hace que las jóvenes piensen: ‘Oh, estos son los de algodón natural’, pero no son naturales ni son de algodón. Si lo fueran, la probabilidad de padecer síndrome de shock tóxico sería mínima”, aseguró.
En tanto, la empresa Kimberly-Clark se negó a hablar con el Vice al respecto, puesto que según asegura el artículo, ellos no comentan sobre las demandas en proceso.
Actualmente, Lauren sigue recuperándose y debiendo someterse a varias cirugías para poder volver a ser la persona que fue. Una amiga fotógrafa ha sido un pilar para ella, ya que ambas han logrado crear hermosas imágenes con su nueva figura.