Como muchos de ustedes saben, mi hijo Martín hace dos semanas tuvo un accidente en el colegio, que le produjo una fractura de fémur bastante complicada. Estuvo 4 días en la UCI.
El pasado jueves 13 de noviembre, una vez que lo dieron de alta, pedimos hora con la fisiatra de la Teletón por correo electrónico (nos atendemos en dicha institución desde hace casi 4 años). Nos respondieron al día siguiente, dándonos hora ese mismo día.
Teníamos hora a la 1 de la tarde y nos atendieron a las 13:05 hrs. Después de que lo revisaron por más de 45 minutos, la fisiatra dijo que nos pediría una silla de ruedas en préstamo para que en los traslados largos no anduviésemos cargando a Martín y así él pudiese salir más.
La especialista además nos indicó que de aquí en adelante, Martín tendría un equipo médico y administrativo único (siempre la misma fisiatra, el mismo kinesiólogo, la misma terapeuta ocupacional, la misma educadora, la misma enfermera, la misma asistente social, el mismo psicólogo y hasta siempre la misma secretaria que tramitaría sus temas administrativos).
Todos los que nos atendieron en el instituto Teletón lo hicieron con una sonrisa, siempre hablándole a Martín. En ninguna clínica a la que hemos ido nos han dado esa calidad de atención.
Cuando llegamos a buscar la silla, el administrativo se encontraba hablando por teléfono. Al vernos dijo de inmediato: “llegó un niño, te llamo luego”, y colgó. Nos pasó la silla, que no era cualquier silla. Era una a su medida.
Luego de esto nos indicaron que debíamos asistir al kinesiólogo y educación con Martín (ya que nos ayudarán a buscar un nuevo colegio) y que la secretaria nos iba a llamar para darnos las horas. Esta última nos llamó a las 15:50 horas y nos dio todas las horas, comenzando las sesiones de kinesiólogía a fin de mes. Todo lo anterior gratis.
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Paralelamente llamamos a su kinesióloga, que atiende en una clínica bastante prestigiosa. Ella tenía hora para abril, y al decir que era de urgencia por la fractura, nos dijo que tenía hora para el 3 de enero del próximo año.
¿Saben? Me alegro que todos aquellos que critican a la Teletón no la conozcan, y ojalá nunca la tuvieran que conocer. Pero piensen que cada vez que la critican, hay mas de 100 mil niños que han sido atendidos por esta institución. Niños que el Estado y esta sociedad de mierda en la que vivimos, les da la espalda todos los días. Si no, miren todos los estacionamientos para minusválidos que son ocupados por personas que no lo son y a la vez todos somos cómplices de esos weones que los usan, porque callamos y miramos para el lado. Simple ejemplo.
Me importa una raja que las empresas que participan en la jornada lo hagan para limpiar su imagen, que descuenten impuestos por ello, que lo que aportan sea una cagá de plata, y que los “rostros” ganen estando y vendiendo la pomá en durante el show televisivo.
¿Saben por qué no me importa? porque nadie en este puto país ha hecho algo paralelo, nadie propone. El Estado se hace el weon, porque la sociedad clasista, racista, arribista y excluyente en que vivimos no les interesan estos niños. Y la “cagá” de plata que llega, se usa bien. El día que lamentablemente tengan que recurrir a alguna institución de rehabilitación para un niño, llegarán inexorablemente a la Teletón, ¿saben por qué?, porque en Chile no existe nada igual. Nada.
Afortunadamente, la parrilla de TV ahora es bastante más amplia para que no sean presas de las 27 horas del programa. Si no le gusta, no lo vea, no compre los productos de la campaña, no vaya al banco, no participe. ¿Pero sabe qué? no wevee con algo que critica para estar a la moda, para cuadrarse con una postura intelectualoide y antiimperialista al peo, porque no la conoce, no le interesa, ni mucho menos puede proponer algo mejor.
Iván Núñez M.
Padre de Martín.