Desde 2006 en nuestro país se ha estado gestando un movimiento social para mejorar la educación, primero con la Revolución de los Pingüinos y luego con el Movimiento Estudiantil de 2011, períodos en los que colegios y universidades estuvieron paralizados por meses con el objetivo de lograr que el Gobierno pudiera garantizar una educación gratuita y de calidad.
Este año la discusión volvió a la mesa de todos los actores sociales, luego de que la presidenta Michelle Bachelet anunciara la controvertida reforma educacional, criticada por algunos y aplaudida por otros.
En el contexto de la lucha por las mejoras educacionales, en los distintos sectores socioeconómicos de nuestro país se ha ido gestando una realidad cada vez más latente: el llamado Analfabetismo Funcional, es decir, la incapacidad que tiene una persona para comprender lo que lee, escribe y calcula.
Es importante saber que estas personas, a diferencia de los analfabetos, saben hacer estos procedimientos pero no los entienden.
En 2013 el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile reveló un estudio en que explicaba que el 44,3% de la población adulta del país se encuentra en esta situación, asegurando que ha estado ocurriendo desde hace años y que las nuevas generaciones no mejoran.
No hay un diagnóstico para determinar que se padece de este “mal”, pero se puede reconocer de diferentes maneras: si tienes problemas para llenar un formulario para alguna solicitud, seguir instrucciones (por ejemplo para una receta), comprender lo que dice un diario, entender un contrato o incluso las señales del tránsito estás frente a algunas de las señales.
Es importante señalar que el estudio llegó a estas conclusiones luego de realizar una encuesta a diferentes sectores de la población, la que midió las competencias que personas entre 15 y 65 años deberían tener.
Los resultados fueron lamentables, ya que un 42% no logra entender documentos y un 51,4% no comprende operaciones del área cuantitativa.
En 1998 ya se había realizado este estudio y lo preocupante es que 15 años después de haber analizado la situación, se puede inferir que las políticas públicas en educación no han tenido una gran mejoría, ya que tan sólo el 7% de la población avanzó del nivel más bajo de Analfabetismo Funcional hasta el que le sigue, es decir, del 1 al 2.
Como se hablaba al comienzo de esta nota, las nuevas generaciones de estudiantes pelean por una educación de calidad, sin embargo, al parecer ésta sigue empeorando, luego que en 2013 se conociera que el 80% de los chilenos se ubica en los dos niveles inferiores de competencias básicas.
Ante esta situación, que ocurre en mayor o menor medida en otros lados del mundo, la Unesco estimó en 2013 que para 2015 se necesitarán a nivel global 1,7 millones de profesores, lo que se traduce para Chile en mejorar la calidad de la educación y aumentar e incentivar a los jóvenes para que se conviertan en docentes.