Les voy a contar una historia latera con problemas de adultos insertos en el sistema. Una lata, pero debo desahogarme.
Como muchos yo soy afiliado a una Isapre. Como muchos también, no entiendo casi nada, y apenas me da para moverme dentro del mundo “comprar bonos/pagar todos los meses/sentir que me están robando”. Pero filo, prefiero estar ahí y poder ir al doctor sin que sea tan caro etc.
El punto es que descubrí algo que se llama “excedente”. Cuando uno es empleado le sacan el 7% de su sueldo y lo mandan al ítem “salud”, que cubre tu plan de Isapre o Fonasa o lo que sea. Durante mucho tiempo el 7% de mi sueldo era más que lo que costaba mi plan, que por ser hombre es mucho más barato, y esa diferencia se empezó a ir a un pozo llamado “excedente”, que básicamente es plata de uno, que la Isapre te guarda. Lo bueno de tener excedente es que con esa plata puede uno pagar bonos, o como me dijeron muchas veces “comprar remedios en la farmacia asociada”. En el caso de mi Isapre Consalud, esa farmacia es la Salcobrand, que según lo que caché no es tan cara como las otras, así que todo bien.
El problema vino cuando descubrí que yo no puedo escoger qué comprar con mi excedente. O sea, la Isapre no solo decide dónde debo gastar mi plata, también decide en qué. Si son remedios más o menos comunes, puedo pagarlos con mi excedente. Si son más exóticos, puede que “el sistema no lo permita”. Algunos dependientes de farmacia son secos para ofrecerme cosas que sí puedo comprar con mi excedente: Ofertas de vitaminas C, pasta de dientes, enjuagues bucales, incluso algunas cremas cosméticas “por si quiere hacer algún regalo” me han dicho. Pero de a poco empieza a aparecer lo indignante.
Por ejemplo, no puedo comprar cosas para la guagua. Ni pañales, ni accesorios, ni Hipoglós. De las vitaminas y remedios que hay que comprarle, la mitad puedo, la otra mitad no. Y escuchen esta: NO PUEDO COMPRAR ANTICONCEPTIVOS. De ninguna clase. Existe uno que es muy caro (casi 200 lucas) que se compra una vez cada cinco años, y NO PUEDO COMPRAR ESO CON MI EXCEDENTE. Que les recuerdo es MI plata, que la Isapre se afanó por el poder que le da quizás qué ley, y que me quita mi libertad de escoger. Ya es suficiente robo que me obliguen a comprar en una cadena que no escogí como lo es Salcobrand, seguro que esto les reporta millones en ganancias, pero que más encima impidan que compre algo tan naturalmente necesario como anticonceptivos es increíblemente indignante.
Cuando le eché la foca a la farmacéutica que me atendió, me explicó que sí puedo comprar preservativos con mi excedente, lo que me lleva a preguntarme… ¿Es una cosa de género? ¿Puedo comprar condones porque tengo pene, y no puedo comprar anticonceptivos porque no tengo útero? ¿Qué clase de política es esa? ¿O sea que la planificación de la familia es una cosa de cada sexo? ¿El hombre compra los condones y las minas compran las pastillas? No me alcanza el énfasis para decirlo pero QUÉ CHUCHA, loco.
¿Y quieren el broche de oro? El excedente que tengo actualmente asciende a las seiscientas lucas más o menos (durante mucho tiempo no pesqué el asunto y el pozo fue creciendo) así que los de la Isapre Consalud no encontraron nada mejor que mandarme un mail con “ofertas” en las que gastar ese excedente. Esas ofertas incluyen cosas como inscripción a gimnasios o centros de estética, como también la compra de tablets, consolas X-Box, smartphones y actualmente un “especial mundialero” en el que puedo comprar camisetas de la Roja y otros artículos semejantes de primera necesidad.
Qué bueno que Consalud protege mi dinero de comprar tonteras como anticonceptivos y me da la opción de invertir inteligentemente en productos de vital importancia como el “Balón de Fútbol Brazuca Oficial Copa Mundial de Fútbol 2014 Top Glider $11.990, ¡pocas unidades!”. De verdad me hacen sentir como un ser humano y no como un cliente.
¿No me creen? Aquí la página que Consalud tiene dedicada a sus “clientes” con excedentes: www.vivesanoconsalud.cl, siéntanse libres de navegar las “ofertas” y después explíquenme cuál es el razonamiento detrás de impedirme comprar remedios, o lo que sea, con mi propia plata, en las farmacias.
Lo peor de todo es que yo soy uno de los “privilegiados”. Tengo plata para la Isapre, tengo trabajo, puedo darme el “lujo” de atenderme en el “sector privado”, escogí tener guagua, soy relativamente sano y no les cuesto nada de plata… Y así y todo me amarran las manos y me impiden tomar decisiones en beneficio de ellos. No imagino qué queda para los pobres, o para los que dependen del Estado, o para los que realmente necesitan de la Isapre y sus “servicios” por estar enfermos. Por lo menos yo puedo comprarme el X-Box.
A veces, honestamente, no entiendo cómo no hemos quemado este país de mierda.
PD. Siéntanse libres de compartir esto, y si hay algún experto, abogado, etc. que pueda ayudarme a poner un reclamo, o a conseguir que los muy mierda por lo menos me dejen comprar las cosas que necesito CON MI PLATA, contácteme. Gracias, cabros.
Hermes Antonio
@hermeselsabio
Crítico de cine