El rodeo constituye una atractiva actividad durante la celebración de Fiestas Patrias. En esta época distintas comunas del país reciben a participantes y asistentes fanáticos de este deporte nacional, reconocido en 1962. Sus seguidores lo consideran una tradición que reconoce el trabajo que los campesinos realizan en los campos día a día, además una tradición de más de 400 años.
Sin embargo, pese a que es el segundo deporte más practicado en el país después del fútbol (según cifras de la Asociación Nacional de Rodeo), durante los últimos años los grupos opositores a esta disciplina han tomado mayor fuerza. ¿Su principal crítica? El maltrato físico al que son expuestos los caballos, y principalmente el novillo perseguido.
¿Cuál es la opinión de las organizaciones que se oponen a este deporte?
Hace algunos años fue creada la campaña “Por un septiembre libre de crueldad”, cuya finalidad es que más personas conozcan el funcionamiento de esta disciplina y tomen conciencia de la “crueldad física y psicológica que atormenta al novillo inocente e indefenso”, consigna su página web.
Lo anterior, porque acusan que los novillos sufren de la quebradura de sus huesos, además de sufrir lesiones en sus órganos internos y superficiales, los cuales muchas veces terminan reventados cuando son interceptados por los jinetes.
Por otro lado, además del maltrato físico y el estrés al que son sometidos los animales, lo que más causa indignación a estos activistas sería la “alegría y aplausos del público” ante esta “sesión de tortura”.
Otra de las críticas apunta a “la pobreza de tradiciones chilenas” y son enfáticos en señalar que “una nación que asocia su cultura al cruel hábito de perseguir y lanzar embestidas a un ternero asustado, y que tolera todo esto bajo la impostura de’tradición’ y ‘cultura’, no puede ser más que una nación de naturaleza empobrecida, sin auténtica creación cultural, y de ética mediocre.
Pero, ¿qué dicen ante estas acusaciones los adherentes al rodeo chileno?
“Existe desconocimiento por parte de quienes no practican este deporte y una mala propaganda por parte de organizaciones que desconocen las reglas destinadas exclusivamente a proteger la integridad física de los animales”, argumenta Pablo Díaz, Presidente de la Asociación de Rodeo de Los Álamos.
Díaz sostiene que entre las medidas de protección se encuentra la exigencia de “atajadas acolchadas para resguardar a los novillos”, y que en ningún momento se puede castigar al animal “ni con espuelas, chicote, u otro instrumento porque si realizamos alguno de estos actos nos eliminan de la competencia”.
“Nosotros los huasos tenemos un gran cariño por nuestro caballos, no vamos a exponerlos a dolencias físicas innecesarias, porque también eso tiene un costo económico adicional para nosotros. Clarificó también que no constituye una regla el que los novillos se van al matadero después del rodeo”, explicó Díaz.
¿Cuál es la importancia folclórica para quienes practican esta tradición?
Para el Presidente de la Asociación de Rodeo de Los Álamos la defensa que realizan los adherentes a este deporte constituye una muestra más de su preocupación a la permanencia de las tradiciones centenarias.
Agregó también que los campesinos trabajan todos los días con los caballos, por lo que poder ocuparlos para este deporte constituye un valor agregado.
Existen dos visiones muy opuestas respecto a la importancia y valor que le corresponde al rodeo en el escenario nacional. Sin embargo, la discusión apunta a si los “accidentes físicos” que sufren los caballos y novillos durante las competencias son necesarios para mantener una tradición que lleva más de 400 años de historia, y que aún congrega a gran cantidad de personas que disfrutan de este espectáculo cada año.