La mamadera se ha convertido en un objeto esencial para la vida de un bebé chileno. Incluso es común ver niños que a los cinco años de edad aún no han dejado el biberón, y lo utilizan como el principal instrumento para tomar líquidos.
Sin embargo, son pocos los padres que conocen los graves daños que éste causa en la dentadura de los niños. Los odontólogos son enfáticos en que la mamadera sólo es un elemento de “transición” que permite el paso desde la lactancia materna a la alimentación en vaso. Por lo tanto, su uso sólo debe extenderse -como máximo- hasta los dos años de edad.
Lo anterior, es respaldado por la Odontóloga de la Universidad de La Frontera, Javiera Núñez. La profesional explicó que la mamadera nace de la necesidad de alimentar a los bebés en el caso que la madre no pueda hacerlo mediante lactancia materna debido a alguna enfermedad o en menores que por su nivel de desarrollo psicomotor no pueden realizar la alimentación a través de un vaso.
Se puede utilizar como sustituto de la lactancia materna o a modo de complemento de ésta. Lo ideal es que el bebé pueda hacer la transición del pecho a las papillas y a líquidos en vaso, sin utilizar la mamadera.
Sin embargo, en caso de ser necesario, se recomienda que su uso no se prolongue mas allá de los 24 meses de vida, como máximo.
Pero, ¿Qué daños provoca el uso de la mamadera en los dientes de un bebé?. Javiera Núñez, explicó los principales problemas:
1. Rompe el normal equilibrio de los huesos y músculos de un niño que está en plena etapa de crecimiento y desarrollo: Cualquier elemento externo que se introduce en la boca de un menor es considerado una “fuerza deformante”. Estos malos hábitos (el uso indiscriminado de la mamadera, la succión de los dedos o el uso de chupete) producen deformaciones a nivel dentario, óseo y esqueletal, que se traducen en distintas alteraciones tanto estéticas como funcionales.
En este caso, es la duración de estas fuerzas que se encuentran desiquilibradas por el uso del biberón, lo que tiene el mayor impacto en la posición de los dientes. Lo anterior, provoca que en reposo los niños hagan presión de los labios, mejillas y lengua.
Esto dará pié para que se presenten los denominados problemas de maloclusión o de orden en la posición de los dientes y su relación con los de la otra arcada.
2. La mamadera, especialmente la nocturna, es un factor de riesgo en la aparición de caries temprana de la infancia, debido al aporte de líquidos azucarados: Esta enfermedad constituye una de las patologías mas frecuentes y nocivas debido a su rápido avance.
La Dra. Núñez precisó que lo principal para evitar la aparición de caries es no permitir que un bebé se quede dormido con una mamadera que contiene este tipo de líquidos en su interior. Esto, porque luego de la mamadera debe realizarse la correcta higiene de la boca del menor. Importante es recordar también que la limpieza de la cavidad bucal debe comenzar desde los primeros días de vida.
3. La mamadera puede “esconder” problemas psicológicos, emocionales o de aprendizaje del niño: Si un menor de 5 a 6 años aún utiliza el biberón, se chupa el dedo o utiliza el chupete, puede ser un signo de que está sufriendo algún tipo de carencia afectiva o emocional. Por lo tanto, el profesional al ver estas conductas debe evaluar el caso de manera individual y recomendar a los padres la mejor opción de tratamiento.
En este sentido, la odontóloga Javiera Núñez enfatizó que la detección temprana y el control constante, son las mejores herramientas para prevenir cualquier tipo de patología. Para ello los controles con el dentista deben realizarse a partir del año de vida.