Los habitantes de la villa Estaciones Ferroviarias, de Puente Alto, exigen una pronta erradicación, tras conocer un informe de la Universidad de Chile, que concluyó que el sector presenta altos indices de contaminación por gases y metales pesados.
La población fue construida sobre un antiguo basural que funcionó hasta 1978.
A fines del año pasado los habitantes de villa Estaciones Ferroviarias, de la comuna de Puente Alto, se enteraron a través de un estudio elaborado por geológos de la Universidad de Chile, que algunas muestras de suelo y agua estaban contaminadas con metales pesados, principalmente arsénico. El estudio tambien señaló que las frutas cosechadas en el sector, presentaban altos contaminantes. Pero la peor noticia llegó después. Gran parte del sector fue construido sobre un antigo basural llamado La Cañamera, que funcionó hasta 1978.
Los desechos industriales y domiciliarios que han contaminado al sector no permiten la habitabilidad, según lo explica Aquiles Mena, geólogo de la Universidad de Chile, quien estuvo tras el estudio.
Los habitantes del sector se han organizado para buscar soluciones concretas, pero éstas aún no llegan. La presidenta de la junta de vecinos Graciela Andrade, espera que los erradiquen del sector.
En el 2003 se descubrió el problema cuando una tapa de alcantarilla explotó en la población San Guillermo, producto de la acumulación de gases.
Desde entonces, el abogado, Vladimir Gonzaléz, que representa a 158 familas entabló un juicio por indemnización de perjuicios contra la municipalidad de Puente Alto, el Servicio de Salud Metropolitano y el Estado. Según indicó, la Corte de Apelaciones sólo accedió a un daño moral y no por daño emergente.
El Ministro de Salud de la época, Pedro García, al ser consultado por La Radio, indicó que nunca tuvo antecedentes del caso, pese a que el problema se descubrió el 2003.
Aunque, ya en 1996 un informe encargado por el Ministerio de la Vivienda, a la Universidad Católica de Valparaíso reveló que se tomaron 16 mediciones de biogás en la zona, encontrándose en 4 de ellas concentraciones superiores al 5 por ciento, con alto riesgo de explosión y recomendó la instalación de 20 chimeneas. Los ductos nunca se instalaron.