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Los números tras la nueva correlación de fuerzas en el Congreso

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ARCHIVO | Agencia UNO
La sorpresiva irrupción del Frente Amplio en el Congreso reestructuró por completo las fuerzas políticas. Mientras el oficialismo perdió terreno, Chile Vamos aumentó su representatividad legislativa en ambas cámaras, pero sin lograr una mayoría absoluta. Aquí el detalle de cuánto terreno perdieron y ganaron las distintas coaliciones y los respectivos partidos y cómo se reconfigura por completo el escenario político chileno.

La estructura del poder político en Chile cambió por completo este domingo 19 de noviembre. Producto del nuevo sistema electoral que reemplazó al sistema binominal, una tercera fuerza ingresó al Congreso para romper la balanza que, sin contrapesos, dos bloques se pelearon por dominar desde que volvió la democracia en 1990.

Hasta ahora la Nueva Mayoría (NM) y Chile Vamos (ChV) se repartían el 96,7% de los escaños en la Cámara de Diputados y el 97,4% de los cupos en el Senado, pero eso cambió. De los resultados se pueden sacar tres conclusiones globales: que la coalición oficialista perdió importantes espacios de representación, que la oposición aumentó su poder legislativo y que el Frente Amplio (FA), incluso superando sus propias proyecciones, se consolidó como el nuevo gran tercer actor en el mapa político chileno.

Para los partidos que conforman la NM, y que en estas elecciones parlamentarias compitieron en dos listas distintas, el resultado fue un desastre. Tenían mayoría en ambas cámaras y, para mantener su proporción de poder en el Congreso, debían sacar a lo menos 87 diputados y 14 senadores, lo que les habría permitido quedar con 24 representantes de sus filas en la Cámara Alta. Pero en ninguna lograron la cuota. Es más, no sólo no aumentaron lo suficiente el número de candidatos electos, sino que al contrario, disminuyeron su participación.

Los números dan cuenta de ello: con 67 diputados y 20 senadores, la NM tenía más del 55% de representación en ambas cámaras. Pero ahora perdieron 10 diputados y mantuvieron el número de senadores. Considerando que con el nuevo sistema electoral aumenta el número de parlamentarios, su peso relativo disminuyó abruptamente a apenas un 36,1% en la Cámara de Diputados y un 46,5% en el Senado.

Por otro lado, la actual oposición registró un alza importante en su participación parlamentaria. Con los 73 diputados que obtuvo, a partir de marzo de 2018, ChV ocupará el 47,1% de los cupos en la Cámara Baja, casi un 6% más que ahora. Y en el Senado, donde hoy poseen un 42,1% de los asientos, la coalición que lidera el candidato presidencial Sebastián Piñera requería que nueve de sus candidatos ganaran en estas elecciones para así quedar con 18 senadores y mantener su nivel de representación. Pero al final ganaron 10 de los cupos que ahora se disputaban, quedando con 19 senadores, por lo que su peso político al interior del Congreso será mayor durante el siguiente período legislativo.

Pero el cambio más profundo tiene que ver con la sorpresiva irrupción del FA. Incluso desde su sector, las proyecciones se quedaron en cifras que ahora parecen conservadoras respecto a cómo finalmente salieron en las elecciones. A comienzos de noviembre, la Fundación Chile Movilizado realizó a solicitud de la nueva coalición política un estudio que consideraba diversos factores para proyectar sus resultados en las parlamentarias (ver estudio). Ahí señalaban que posiblemente obtendrían 12 cupos en la Cámara de Diputados, lo que les permitiría tener una representación de 7,7%. Eso ya hubiera sido un triunfo. Sin embargo, sacaron casi el doble: 20 diputados, lo que les otorga una representación de un 13,6% en esa instancia; y además, un representante en el Senado.

El equilibrio que se rompe

Aunque Michelle Bachelet partió su segundo gobierno en marzo de 2014 con la mayoría en ambas cámaras, el camino para llevar adelante su ambicioso plan de reformas no estaba del todo despejado. En el Senado, la Nueva Mayoría tenía 21 de los 38 asientos (55,3%), mientras que en la Cámara de Diputados contaba con 67 de los 120 cupos (55,8%). Para ciertas votaciones, esos números le bastaban, pero no eran suficientes para los cambios estructurales que pretendía realizar y para los cuales requería un quórum de 4/7. Por eso fue que su gobierno tuvo que negociar y tender puentes con parlamentarios independientes y de oposición para lograr reformas como aquella que eliminó el sistema binominal para las elecciones legislativas, la reforma tributaria que permitiría recaudar más impuestos y la tan prometida reforma educacional.

En ese sentido, la balanza durante los últimos años ha estado más o menos equilibrada, más que todo por la suma de las fuerzas que ha aportado cada partido a los distintos bloques políticos.

Aunque ChV ha sido hasta ahora minoría en el Congreso, la Unión Demócrata Independiente (UDI) es el partido que más representantes ha tenido en el Poder Legislativo durante el último período. Tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, la casa política que fundó Jaime Guzmán ha liderado el ranking de partidos con mayor número de parlamentarios en sus filas, con 29 diputados y 8 senadores. Es decir, uno de cada cuatro diputados y uno de cada cinco senadores actualmente en ejercicio es de la UDI. Aunque ahora perdió terreno, el partido que más parlamentarios tiene aún sigue en su coalición: Renovación Nacional (RN) duplicó el número de diputados que tenía, pasando de 18 a 36 diputados, convirtiéndose de paso en el gran ganador de estas elecciones y en el nuevo partido predominante en la Cámara de Diputados, con un quinto de los cupos en sus filas.

Por otro lado, la caída de la NM está estrechamente relacionada con el brutal desplome que sufrió la Democracia Cristiana (DC), rompiendo con su hegemonía como el partido más votado de la centro izquierda desde 1990. Hasta ahora, la DC tenía 19 diputados -tras la renuncia al partido este año de Sergio Espejo y René Saffirio- y seis senadores. Hoy quedó con apenas 13 escaños en la Cámara Baja y mantuvo los seis en el Senado. En otras palabras, pasó de ser el segundo partido con más diputados a ocupar el cuarto lugar, detrás de RN, la UDI y el Partido Socialista (PS), en ese orden. Y en el Senado, al mantener el mismo número de representantes, pasó de tener el 18,4% de representación a tan sólo un 12%.

En medio de esos cambios entre las fuerzas políticas tradicionales, la llegada de nuevos representantes del FA se ve más como un desembarco. Si hasta ahora sólo tres diputados formaban parte de ese nuevo conglomerado, desde 2018 serán 20 los parlamentarios que militan en alguno de los seis partidos que lo conforman. Entre ellos, Revolución Democrática (RD) es que el que se presenta como el de mayor peso, con la mitad de los candidatos electos.

De esa forma, la correlación de fuerzas se reestructura por completo en el Congreso. Si bien la derecha aumentó su representatividad parlamentaria, no logra la mayoría absoluta. De hecho, ni siquiera la NM sumada al FA superan el 50% de los escaños. En ese sentido, ya sea Sebastián Piñera o Alejandro Guillier quien gane la segunda vuelta, diversos analistas concuerdan en que la forma en que se tendrán que negociar los acuerdos cambiará fuertemente, ya que al no haber un bloque que se constituya como mayoría, será difícil llegar a acuerdos estructurales. Y gran parte dependerá de los posibles acuerdos programáticos que alcancen la NM y el FA en miras a la segunda vuelta presidencial.

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