Para nadie es un misterio el millonario negocio en las autopistas concesionadas y que se recuerda cada vez que hay una salida masiva desde la capital durante feriados y en época de vacaciones.
Y es que según los datos más actualizados del Ministerio de Obras Públicas, hay autopistas que registran flujos vehiculares anuales que van de los 3 millones hasta los 30 millones, cifras que incluyen buses y camiones, que pagan peajes de entre $4 mil a $7 mil, respectivamente.
Por ejemplo, la Ruta 5, Tramo Santiago-Talca y Acceso Sur a Santiago, reportó un flujo en julio pasado de 6 millones de vehículos (6.296.983), generando una ganancia de unos 9 mil millones de pesos ($9.110.905.400).
Aunque, usualmente las autopistas concesionadas ofrecen “promociones” durante un feriado para tratar de disminuir la congestión, ofreciendo rebajas en ciertos horarios cobrando $1.000 a los vehículos livianos.
Por lo mismo, estas autopistas han sido duramente criticadas desde su implementación con la Ley de Concesiones que debutó en 1993 con la construcción del túnel El Melón y el Camino de la Madera. En específico, se le cuestiona la renegociación de las concesiones advertida por un estudio del CEP realizado en 2008 por Eduardo Engel, Ronald Fischer, Alexander Galetovic y Manuel Hermosilla, investigación que demostró un aumento en un 33% en el costo inicial de las obras.
Pese a todo, hay quienes valoran el modelo de concesiones debido a que aseguran que permitió modernizar la infraestructura vial de nuestro país, tomando en cuenta el explosivo aumento del parque vehicular.
¿Y quién fija los precios?
Simple, depende exclusivamente del contrato, tal como sucede con el Acceso Norte a Concepción, más conocida como Autopista del Itata, que cobra el peaje más alto en horario normal de casi 4 mil pesos ($3.950) por transitar por sus 75,1 kilómetros.
Mientras que un poco más al sur, la recientemente habilitada ruta Concepción-Cabrero de 72,3 kilómetros, cobra un peaje troncal de $2.600, pese a tener mayores estándares de seguridad vial, como por ejemplo la presencia de una barrera de contención de hormigón prefabricado.
No obstante el debate, una cosa está clara y es que finalmente serán los usuarios quienes deberán seguir pagando por usar las principales carreteras nacionales, costos de viaje al que se suma el impuesto específico de los combustibles, lo que convierte prácticamente en un lujo viajar en vehículo particular por nuestro país.
Mencionar que en esta investigación no se incluyeron las autopistas urbanas, como la Autopista Central o Costanera Norte de Santiago, entre otras.
Revisa el listado completo de los peajes a lo largo del país.
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