La jornada del martes se dio a conocer un doble homicidio en Ciudad de México, un joven de 17 años había planeado y ejecutado el asesinato de sus vecinos.
Marcos Gregorio de 17 años tenía en su habitación una maqueta de plasticina que replicaba la casa de sus vecinos, pero no sólo retrataba a la casa, sino que también recreó la forma en que asesinaría a Maribel Socorro Cruz y su hija Norma Campos de 14 años, consigna El País.
En la maqueta se podía observar a dos figuras de plasticina, una encima de la otra. Una escena que el mismo Marcos se encargaría de generar en la vida real, salvo una excepción: la sangre. En la ocasión, también asesinó a machetazos al perro de sus vecinos.
Un joven extraño
Los vecinos de Marcos describían al joven como un adolescentes extraño, cuando estaba fuera del colegio se dedicaba a leer y en las noches trabajaba en el cibercafé de la pareja de su madre, quien curiosamente es policía.
La madre y el hijo arrendaban una parte de la casa de Félix Campos, padre de Norma y marido de Maribel, y aunque las viviendas estaban separadas, sí compartían un patio común.
Campos había decidido arrendar parte de su casa con el objetivo de ahorrar dinero, especialmente porque tiene un hijo de 13 años discapacitado, por lo que se le hacía urgente conseguir algún ingreso extra. En el hogar también vivían la madre de Félix, Concepción Ramírez, y su hermano, Jaime.
La planificación y el asesinato
El doble asesinato cometido por Marcos no fue un acto impulsivo, un mes antes había advertido en el cibercafé donde trabajaba que mataría a una familia completa, pero no fue tomado en cuenta de forma seria por nadie, por lo que ese momento pasó casi inadvertido.
A partir de ese momento comenzó a trabajar en su “proyecto personal”. Tomó contacto con dos primos de 13 y 16 años, ambos consumidores de diluyente. Marcos encomendó al primero ser el vigilante durante los asesinatos y el más grande lo ayudaría a ejecutar los crímenes. Tenía su propia banda de sicarios.
Luego de eso logró reunir dinero para adquirir los implementos necesarios: dos machetes, una ballesta con tres flechas y un hacha.
El día elegido para ejecutar el asesinato fue el 3 de mayo, cuando ingresaron a la casa de sus vecinos a la hora de almuerzo, las llevaron a la cocina, ubicada en el primer piso, donde cometieron el crimen.
Uno de los ataques provocó un gran derramamiento de sangre, provocando que el Marcos saliese de la cocina en dirección a otra habitación de la casa, con el fin de buscar algo con que limpiar las manchas, pero se encontró con Concepción y Jaime.
Al chocar con los parientes de sus víctimas, con su ropa y su cara manchadas con sangre, les pidió ayuda asegurando que le había caído pintura roja, pues estaba ensayando una obra de teatro con unos compañeros, tal como muestra el diálogo reproducido por El País, entre Marcos Gregorio y Concepción Ramírez.
-MG: “Buenas tardes, señora. ¿Podría darme agua para limpiar la pintura roja que un compañero ha tirado?”
-CR: “¿Qué estás haciendo, hijo, estás estudiando con unos amigos?”
-MG: “Sí, señora, estamos ensayando una obra de teatro. A ver qué tal nos quedó. ¿Usted cree que estas manchas se puedan limpiar?”
Tras esto, la mujer entregó unos baldes con agua al joven, quien intentó limpiar las manchas de sangre que había en el suelo de la cocina, lo que fue infructuoso.
Al mismo tiempo, Félix Campos comenzaba a sospechar de que algo extraño había sucedido, su mujer no contestaba sus llamadas telefónicas y no había ido a buscar a su hijo discapacitado al colegio, por lo que decidió ir hasta su casa.
“Al llegar las encontré ensangrentadas ahí y llamé a una ambulancia. No comprendía qué había pasado. Había mucha sangre en la entrada”, dijo Campos, quien sospechó del joven y junto con la policía salió a buscarlo.
Su mujer murió de forma casi instantánea al ser agredida, mientras la adolescente de 14 años falleció cuando iba en la ambulancia.
La casa de Félix se llenó de flores y decoraciones en honor su mujer y su hija, mientras las manchas de sangre aún permanecen en el suelo.