Una prueba escolar busca saber si los alumnos internalizaron la materia que enseñó el profesor, basándose en la cantidad de respuestas correctas que éstos tengan. Sin embargo, una respuesta objetivamente errónea no siempre muestra que el niño en realidad no aprendió.
Aunque esto último puede parecer ilógico, un caso planteado por un padre chileno demostró que no es así.
Hace unos días, Luis Pérez compartió en las redes sociales una imagen que mostraba una prueba de matemáticas de su pequeña hija, evaluada con nota 1.0, a pesar de que -a su juicio- no lo merecía.
“La primera nota 1.0 de mi hija que está en segundo básico. Lo comparto para ver qué opinan. Dejando de lado la subjetividad por ser mi hija, creo que la calificación no es justa“, escribió el padre, adjuntando la foto del test.
A simple vista puedes decir “sí, se equivocó, porque 8+2 no es 11″ y así sucesivamente, pero si te fijas bien, te darás cuenta que la niña no estaba tan perdida.
Lo que hizo la estudiante en este test -que debía resolverse en menos de un minuto- fue sumar toda la corrida de números, incluyendo al que encabezaba el ejercicio. Por lo tanto, en vez de adicionar sólo “8+2″, agrupó “1+8+2″. Lo mismo hizo con el resto de las operaciones.
La mayoría de los usuarios que comentaron la publicación, concordaron con el padre e incluso señalaron que hubo falta de criterio del profesor.
“Primero, no puede ocupar números con (.-) para separar de la suma en estudiantes que están aprendiendo operatoria matemática. Lo correcto sería A) o 1), creo que se entendería mejor”, dijo un cibernauta, añadiendo que “además un 1.0 es una calificación para un alumno que ni siquiera lo intentó, por ende, la calificación fue totalmente sin criterio, más aún tomando en cuenta que es un niño que está recién empezando su vida escolar”.
En tanto, otro expresó que la estudiante “es una niñita muy inteligente que fue poco entendida, pero que el tiempo le dará la razón y obvio que sabe sumar. La profesora cero criterio”.
Sin embargo, también hubo quienes estuvieron del lado del/a profesor/a. “No es culpa de la profesora, porque si hubiera sido culpa de ella, ¿todos deberían tener nota roja, no? Quizás le faltó explicarle en casa esas cosas, y si hubiera sido con A,B,C,D quizás hubiera estado bien. Pero recuerden que en segundo básico hay (prueba) Simce y las preguntas son con “1.- ; 2.-…”. La profesora sólo la está ayudando para prepararse en esa prueba quizás”.
“Hay que separar la calificación de la evaluación”
El psicólogo especialista en educación, Claudio Bustos, señaló a BioBioChile que este ejemplo refleja la lógica que se tiene al calificar. “En el fondo hay que separar siempre la evaluación de la calificación, y la evaluación del aprendizaje”.
“Acá hay que separar la calificación, que es cero de acuerdo a la regla (no respondió 10 donde iba 10), pero el proceso evaluativo es más que simplemente responder mecánicamente”, dice el profesional.
El especialista señala que “En términos de la acción, la niña reconoce la operación de la suma”, pero la profesora está calificando la respuesta correcta.
“En este caso más que un error de no saber sumar, es no saber cómo responder preguntas dentro de un test estandarizado“, comenta, añadiendo que están preparando al niño para que responda en el formato Simce, y desde ese punto de vista, obviamente se equivocó.
“Hay que analizar en qué apoya al proceso educativo el que hagamos preguntas de desarrollo breve”, plantea Bustos, añadiendo que este tipo de planteamientos en las pruebas no reflejan ningún tipo de razonamiento, porque no es posible conocer el proceso que hubo en el niño para llegar a una determinada respuesta. En el fondo, no se sabe si perseveró en su respuesta, se quedó pegado o respondió al azar.
Por otro lado, Bustos indica que este tipo de test no permiten que el niño entienda en qué se equivocó o donde está el error.
“Las didácticas para la enseñanza de las matemáticas son bien complejas. Va cambiando la información año a año, hay que estar actualizado. Lo que se creía que funcionaba hace 10 años, ahora está cambiando”, comenta.
Para él es importante ver cómo se están enseñando los números. “En términos de calificación, es complicado salir del esquema Simce de la respuesta objetiva y tratar de ver el proceso a través del cual el niño llegó a la respuesta”
Bustos afirma que en general los profesores de básica cumplen con esto último cuando realizan preguntas abiertas, donde se logra plasmar el proceso de pensamiento del niño. “Pero en las matemáticas es más complejo, hay menos posibilidad de detectar dónde podría estar el error en el proceso de respuesta”, explica, asegurando que “una evaluación de este tipo (el de la foto viralizada) no lo permite”.
“No encuentro que tenga mucho sentido (a esta clase de test), excepto tal vez si se prepara para el Simce, pero incluso el Simce ahora también se va a enfocar en detectar procesos, con todas las limitaciones que ello implica”, finalizó.