Más de seis hectáreas constituyen el paño en que alguna vez se emplazó el edificio de Bellavista Oveja-Tomé, una reconocida fábrica de textiles de alta calidad que abrigó a chilenos y extranjeros durante años.
Pero tiempo más tarde, intensas manifestaciones de pobladores eran el reflejo de la molestia de los vecinos tras el anunció de su cierre, el que igualmente se concretó, dejando sin empleo a centenares de tomecinos.
Desde ahí la tarea ha sido otra. Con la fábrica cerrada, sólo quedaba la nostalgia de la apertura económica que significó alguna vez, hasta que se decidió hacer una defensa patrimonial del edificio que sigue en pie.
Desde el municipio presentaron una solicitud para que se declare Monumento Histórico Nacional, lo que es apoyado por la Mesa Ciudadana por el Patrimonio que lidera Claudio Ramírez.
Los nuevos dueños de la fábrica presentaron una solicitud formal para cambiar el uso de suelo de industrial a residencial, lo que permitiría levantar condominios. La defensa en Tomé, resurge con más fuerza a partir de esto.
Pero el tema patrimonial da para mucho. En la región se está gestando un trabajo en Lota, donde se va a desarrollar el 5to Congreso de Barrios y Zonas Patrimoniales en abril.
Y es que la actual institucionalidad no protege el patrimonio; hay que actualizarla, el patrimonio está en riesgo y urge incluir el rol protagónico de las comunidades, dijeron.
Rosario Carvajal, presidenta de la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales, explicó que lo que ocurre en la zona no es distinto a lo que está pasando en el resto del país. De ahí su apoyo al nuevo Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Hasta la región no sólo se trasladó Rosario Carvajal. También participó de los conversatorios un representante del Consejo de Monumentos Nacionales, organismo que durante este primer semestre definiría la solicitud de decretar Monumento Histórico a la ex textil Bellavista Oveja-Tomé.