Los pasos de la constructora brasileña OAS son investigados en Uruguay, Perú y Argentina. Su presidente, condenado a 16 años de prisión por corrupción en el caso Lava Jato, mantenía operaciones también en Chile. Movimientos que el ministro de Relaciones Exteriores optó por no indagar, pese a las solicitudes desde el oficialismo y la oposición.
La visita exprés de Dilma Rousseff a Chile, el jet privado proporcionado a ME-O que no incluyó en su rendición al Servel y la fallida participación de la empresa en la construcción del puente del Chacao, son parte de los hechos que levantan sospechas sobre las pretensiones de la compañía en Chile.
El vocero de Gobierno, Marcelo Díaz, acusa “paranoia” y la presidenta Michelle Bachelet descartó de plano cualquier aporte de la constructora a su campaña, ante cuestionamientos que surgieron tras verificarse que Lula vino a darle su apoyo en el mismo avión facilitado a ME-O y que fue financiado por la constructora.
En tanto, la empresa es investigada por corrupción, lavado de dinero y fraude en Perú, Uruguay y Argentina, según recopila la revista Qué Pasa.
En Uruguay, incluso, el parlamentario Pablo Abdala señaló que “está comprobado que Lula se interesó por la marcha de los negocios de OAS en Chile”, tras solicitar que se abriera una investigación a OAS por incumplimiento de contrato en la construcción de una planta gasificadora en ese país.
En Chile, la compañía mantenía uno de sus principales proyectos a nivel mundial: el diseño y construcción del puente Chacao en asociación con la japonesa Hyundai.
El quiebre de la empresa, tras la condena a su presidente en Brasil, provocó que Hyundai esté en la búsqueda de un nuevo socio. El ministro Alberto Undurraga descartó que la situación cause retrasos y reafirmó que sólo la salida de OAS permitirá continuar con el proceso.
La vicepresidenta de Renovación Nacional, Paulina Núñez, planteó que “hay un montón de dudas que además se suman a la visita inesperada de la Presidenta Dilma Rouussef hace un par de semanas atrás, y cuando existen este tipo de dudas, lo mínimo que puede hacer el gobierno es despejarlas, ¿a qué vino Dilma?”, subrayó.
Según fuentes citadas por El Mostrador, Rousseff en su paso por Chile verificó que todas las operaciones de las compañías cuestionadas estén ‘en orden’”.
Tras conocerse el caso del jet privado proporcionado a ME-O, el diputado Jorge Tarud se preguntaba por qué “una empresa corrupta quiso financiar a un candidato presidencial chileno”, por lo que solicitó que se instruyera al embajador en Brasil para recabar información del caso.
La solicitud fue rechazada por el ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, escudándose en que la cartera no tiene facultades para investigar.
De esta manera, las acciones de OAS en Chile permanecen sin conocerse del todo y sin intenciones de aclararse por parte de la autoridad. El clima de desconfianza y el verdadero prontuario de la firma al menos en Brasil, parecen justificar la “paranoia”.