Nada más ensoñado que imaginarse de “guatita” al sol en las vacaciones, pero hay que tomar ciertas precauciones para no tener que experimentar el bochornoso -y doloroso- “quemado a lo jaiba”.
¿Sabes cómo elegir el mejor protector solar? Si crees que basta con fijarse en que el FPS tenga un número alto, estás muy equivocado. Hoy en día existen muchas opciones en el mercado y los usuarios no estamos bien informados sobre qué significa cada cosa detallada en el producto.
Este pasado diciembre la Corporación Nacional del Cáncer (Conac) dio a conocer un informe en el que constató un crecimiento del agujero de la capa de ozono, lo cual incide en un aumento de los índices de radiación ultravioleta y, por lo tanto, de los riesgos de sufrir cáncer a la piel. Enero será un mes de altas emisiones de rayos UV por lo cual es importante tomar medidas para cuidarse de quemaduras y evitar acelerar el temido envejecimiento.
Uno de los escudos que puedes escoger para defenderte de los dañinos rayos es comprar un buen protector solar, sin embargo pese a lo común del producto existe cierto desconocimiento a la hora de escoger. Así lo determinó un estudio llevado a cabo por la Northwestern University de Estados Unidos, indicando que sólo un 43% de los pacientes entrevistados sabía lo que significaban los valores del factor de protección solar FPS (o SPF en inglés) y sólo un 7% tenía claro en qué debía fijarse al mirar las etiquetas del producto.
Cómo encontrar el mejor protector solar
Existen dos enemigos escondidos en los rayos del sol: la radiación UV-A que es la que se asocia a la aceleración del envejecimiento de la piel (¡alerta de arrugas!) y la UV-B que tiene relación con las quemaduras. La exposición a ambas aumenta el riesgo de desarrollar cáncer a la piel.
En el sitio médico Webmd los expertos explican que hay dos tipos de protectores solares: los físicos o bloqueadores que desvían la luz reflejándola lejos del cuerpo y los químicos o pantallas que absorben los rayos UV antes de que alcancen la piel. A continuación exponemos siete parámetros en los que hay que fijarse para elegir el bloqueador más adecuado.
1. Amplio espectro: lo más común es que cuando queremos mega-protegernos, nuestro detector de calidad nos lleve a escoger un FPS alto (con el 50 ya nos creemos con un súper poder frente al sol). Pero he aquí la primera revelación: el FPS sólo cuida de los rayos ultravioletas B, es decir de las quemaduras. Si bien los UV-A no son los que te dejan rojo como pancora, atacan la piel de manera silenciosa penetrando en las capas profundas y dejando arruguitas en papel de regalo. ¿Cómo me protejo entonces de los dos tipos de UV?: escogiendo un bloqueador cuya etiqueta diga que es de amplio espectro (broad-spectrum en inglés o que señale que sirve para UV-A y UV-B).
2. FPS 30 para exposición prolongada: suena obvio que un número más alto de FPS protege más, sin embargo existe un gran PERO: no es proporcional, es decir, el factor 30 –por ejemplo- no te cuida el doble que el 15. Para entender esto, en el sitio Webmd explican que el FPS 15 filtra 93% de los rayos UV-B, el 30 un 97% y el 50 un 98% (ninguno lo hace ciento por ciento).
El sitio Skincancer, especializado en cáncer de piel, recomienda un factor 15 si se va a estar afuera sólo unos pocos minutos al día y un FPS 30 o superior si la exposición al sol será prolongada.
Además, más importante que escoger un factor súper-hiper-mega alto es aplicarlo en generosas cantidades y repetir el proceso cada dos horas.
3. Resistente al agua: si vas a bañarte o hacer ejercicios y sudar es recomendable usar un protector resistente al agua. Esto significa que el FPS se mantiene en tu cuerpo por 40 minutos si estás en una piscina, por ejemplo (los más resistentes pueden durar hasta 80 minutos). De todas maneras, es importante re aplicarlos una vez que finalizas el baño.
4. Revisar la fecha de expiración: los protectores caducan, por lo tanto hay que revisarles la fecha, ya que algunos de los ingredientes pueden degradarse con el paso del tiempo y no ser efectivos.
5. Para los más pequeños: la piel de niños y bebés es más delicada que la de los adultos, por lo que algunos ingredientes pueden ser muy fuertes para ellos como el ácido para-aminobenzoico (PABA) y el oxibenzona. El sitio Skincancer recomienda preferir productos que contengan zinc y titanio, porque no poseen químicos que pueden irritar la piel, sin embargo estos son los elementos que a veces dejan blanco como fantasma.
Algunos padres encuentran más fácil utilizar protectores en espray, porque son más rápidos de aplicar a los escurridizos pequeños. Eso sí, no lo rocíes directo en la cara, sino que ponlo en tu mano y repártelo en el rostro del niño.
No es recomendable aplicar bloqueador a guaguas menores de 6 meses, sino que hay que mantenerlas en la sombra.
6. Personas de piel sensible o con alergias: preferir los productos para niños y así evitar químicos que son más fuertes. Evadir ingredientes como alcohol, fragancias o preservantes.
7. Acné: optar por las fórmulas en gel, que usualmente incluyen alcohol, y evitar las cremas aceitosas.
En grandes rasgos, hay tres claves para escoger:
- FPS de al menos 30
- Amplio espectro (UV-A y UV-B)
- Resistente al agua
El paso a paso
Elegir un buen protector solar es importante, pero lo es también saber aplicarlo para que sea más efectivo:
1. Echarse de manera generosa y 30 minutos antes de exponerse al sol.
2. Re aplicar al menos cada dos horas. Conac recomienda que a los niños pequeños (entre los 6 meses y los 3 años) se les vuelva a colocar cada media hora.
3. Usar protector solar durante todo el año (no sólo en el verano) y también cuando está nublado porque los rayos ultravioletas traspasan las nubes. La arena, el agua, la nieve y el concreto reflejan los rayos del sol, por lo cual es importante cuidarse.
4. Aplicar bloqueador en toda la piel sin olvidar las orejas, el cuello, los labios, los pies, detrás de las rodillas y las áreas sin pelo en la cabeza (la línea de la partidura y la pelada).
5. Para hombres velludos, especialmente aquellos que lucen orgullosos su pelo en pecho, es recomendable utilizar un producto en spray.
Es importante considerar que el uso del protector solar debe ser complementario a otras medidas, como usar lentes de sol (la exposición prolongada puede causar cataratas y oftalmia, para más información sobre estos daños mirar acá), utilizar sombreros, ocupar ropa con protección UV, evitar el sol en las horas más peligrosas (eso es entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde) y ponerse en la sombra cuando es posible. Revisar el índice UV diario acá.
Finalmente, para entender los efectos del sol en la piel, puedes ver este video de la comunidad Economía Basada en Recursos en el cual grabaron a diferentes personas usando un lente de rayos UV ¡A cuidarse!