“La queja es contagiosa y no soluciona nada. Lo único que sirve es la actitud y la acción”. Así de claro y enfático es Ramón Sabella, uno de los 16 sobrevivientes de la llamada Tragedia de Los Andes, ocurrida en octubre de 1972, y quien en los próximos días ofrecerá una serie de charlas motivacionales en nuestro país.
Tenía sólo 21 años cuando el avión en que viajaba junto a sus amigos se estrelló en medio de Los Andes. Durante 72 dìas, sin ropa para capear las bajas temperaturas, sin agua y sin alimentos, fueron sólo 16 los jóvenes que lograron sobrevivir.
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La historia de cómo Fernando Parrado y Roberto Canessa cruzaron Los Andes, llegaron a Chile, encontraron ayuda y lograron el rescate de sus compañeros, es por muchos conocida. Pero la de quienes se quedaron esperando en el fuselaje con la esperanza de que Parrado y Canessa lo lograrían, quizás no lo es tanto.
Allí estuvo Ramón Sabella Moncho para sus amigos quien en contacto con BioBioChile recordó esa espera. “Quienes nos quedamos en el fuselaje decidimos que no moriríamos allí. Establecimos una fecha en la que un nuevo equipo iniciaría una excursión si es que no teníamos novedades de Nando y Roberto. Quizás moriríamos caminando, pero lo intentaríamos. Lo importante era hacer algo, teníamos que hacerlo”.
Una historia que inspira
Más de 40 años han pasado desde el accidente. En este tiempo Ramón Sabella se ha convertido en un exitoso empresario y también en un conferencista muy solicitado. “En este tiempo he conocido un sinnúmero de historias y personas que me han conmovido. Muchos dicen que se han inspirado y se han levantado de sus angustias y problemas al conocer lo que junto a mis compañeros viví en la montaña. Es una historia que los inspira”.
Sabella dice que pasó mucho tiempo antes de que se diera cuenta del impacto que su historia podía tener en otras personas. “En una oportunidad, al finalizar una de mis charlas, una señora se me acercó para contarme que ella se sentía tan mal que había planificado suicidarse esa semana, pero que tras escucharme decidió que no lo haría. Mi historia la había inspirado”.
Es así que, cuenta Sabella, día a día ha ido descubriendo nuevos detalles de su propia historia, del accidente que incluso lo hizo enojarse con Dios. “Siempre he sido creyente. Aún así cuando ocurrió el accidente sentí mucha bronca con él, estaba enojado, ¿por qué a mí y a mis compañeros nos tenía en esa situación? Pero el mismo Dios era nuestra tranquilidad, nuestra paz. No tenía sentido quejarme. Lo importante era cambiar mi actitud y ponerme en acción. Y eso hicimos”.
Sabella dice que actualmente muchas personas y empresas sufren lo mismo: la queja constante sumada a la falta de actitud y de acción. “La queja es contagiosa y en las empresas hay mucho de eso, por ello en mis charlas invito a las personas a dejar de sentirse víctima y a hacer cosas, a pasar de la queja a la acción”.
Ese es justamente uno de los aspectos que abordará en la charla que ofrecerá el viernes 27 de noviembre a las 19 horas en la Universidad La República sede Rancagua (Astorga 460). Es una actividad con entrada liberada y dirigida a todo público. “Espero que mucha gente asista, adultos, jóvenes, todos están invitados”, recalcó Sabella. También durante la misma semana ofrecerá charlas en Concepción y Santiago.