“Algo viejo, algo nuevo, algo azul y algo prestado”. Esa son las tradiciones que muchas mujeres alrededor del mundo suelen seguir el día de su matrimonio. Por lo general, son las familias y amigas quienes les ayudan a recolectar estos objetivos, que en su mayoría ocultan más de una historia.
Abigail Kingston, es inglesa, tiene 30 años y el 17 de octubre se casará con el hombre de su vida. Por ello, también quiere ser fiel a las costumbres, y su “algo antiguo” será un vestido de novia que ha estado en su familia por más de 120 años y fue usado por 10 de sus antepasados.
El traje fue diseñado en satín en 1895 para su tátara-tátara-abuela, Mary Lowry Warren, y fue utilizado por su última vez en 1991, por la madre de Abigail, Leslie Kingston. “La mamá de la última novia siempre ha sido el encargado de guardar el vestido”, explicó Leslie al portal británico Leigh Valley Live, por lo que tuvo que pedir a su propia progenitora que le enviara el traje.
Cuando por fin Abigail lo tuvo en sus manos, se dio cuenta de lo maltratado que lucía. Las mangas se estaban desintegrando, tenía agujeros y la tela se había vuelto amarillenta. Requirió de más de 200 horas de trabajo para poder restaurarlo. “Creí que era imposible y que no iba a poder usarlo”, señaló la novia. Sin embargo, el diseñador Wilson Borough logró mejorarlo. “No es sólo el vestido. Son las historias de amor”, agregó Abigail.
Para poder salvarlo, el diseñador tuvo que reemplazar las mangas.”Yo estaba muy triste por ese hecho. Pero las mangas dieron sus vidas por un propósito muy importante: salvar el resto del vestido”, señaló Leslie.
Debido al delicado estado del vestido, Abigail decidió usarlo sólo después de la ceremonia. “Está muy muy frágil”, aseguró la joven, quien vio el traje por primera vez cuando apenas tenía 5 años. “Se siente como un vestido de Cenicienta y siempre quise llevarlo el día de mi boda”, agregó.
Por supuesto, el traje no será el único recuerdo familiar que usará Kingston, ya que también llevará un medallón que su abuelo le dio a abuela en su 50° aniversario de matrimonio. El collar tiene grabado la fecha de boda de la pareja y además una foto de ambos. El toque final será un hermoso anillo de su bisabuela. “Estamos muy felices y bendecidos que podamos mantener la tradición”, explicó Leslie Kingston, quien desde octubre será la nueva guardadora del vestido.
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