La tan preciada siesta, es ese momento del día que tan felices hace algunos, sin embargo, no todos tienen el placer de caer después de la comida en los brazos de Morfeo.
Pero como en todo orden de cosas, siempre hubo una serie de mitos y realidades en torno a este descanso. Sin embargo, un nuevo estudio indica que optar por este descanso tiene una serie de beneficios para la salud.
Efectivamente, según el Dr. Manolis Kallistratos, dormir durante el día contribuye a una reducción en la presión sanguínea lo suficientemente importante como para disminuir el riesgo de un ataque al corazón. “Churchill afirmaba que debía dormir una siesta entre el almuerzo y la cena y Thatcher decía que en torno a las tres de la tarde no debía ser molestada”, relató el Dr. Kallistratos, quien acaba de presentar las conclusiones de un trabajo sobre la relación entre la siesta y la presión arterial en el Congreso Europeo de Cardiología de la ciudad de Londres.
Asimismo el profesional sostiene que ambos tenían razón, ya que de acuerdo al trabajo realizado, dormir al mediodía baja la presión arterial y puede disminuir el número de medicamentos que consumen actualmente los hipertensos, aseguró el cardiólogo del Hospital General Asklepieion Voula en Atenas.
Tal investigación midió el impacto de la siesta en la presión sanguínea de cerca de 400 pacientes con una edad promedio de 61,4 años. En cada uno se midió la presión tanto en horas de trabajo como de forma ambulatoria durante 1 día completo. Instancia en que se tuvo en cuenta la velocidad de onda de pulso, los hábitos de vida y el índice de masa corporal, todo ello al momento de realizar evaluaciones con ecocardiogramas.
Tras descartar el impacto de factores como edad, sexo, consumo de alcohol, sal, tabaco, café y ejercicio; el cardiólogo junto a un equipo de profesionales constataron que la presión arterial ambulatoria era 5% menor en pacientes que dormían la siesta que en aquellos que no lo hacían de manera frecuente.
Del mismo modo, se llegó a la conclusión que la duración de ésta era de suma importancia, ya que los pacientes que durmieron al mediodía por 60 minutos registraron una presión sistólica ambulatoria menor que aquellos que descansaron 17 minutos menos.”Nuestro estudio demuestra que la siesta no sólo está asociada a una menor presión arterial, sino que cuanto más largo es el descanso, mayor será el beneficio asociado”, indicó el profesional.
Asimismo, el investigador resumió con estas palabras las conclusiones de su estudio al medio de noticias BBC Mundo. “La siesta al mediodía está asociada a menor presión arterial durante un período de 24 horas, una mayor reducción de la presión durante el descanso en la noche y una baja en el daño a las arterias y el corazón. Cuanto más duermes después de la comida, menores serán los niveles de presión arterial sistólica y también probablemente la cantidad de medicamentos para este tipo de patología”.
Razones suficientes para optar por una siesta tras un rico almuerzo, solo así se verán estos beneficios en quienes adoptan esta práctica que en algunas partes del mundo ya es ley.