Hace poco más de un año, la periodista estadounidense Esther Honig realizó un experimento que dio la vuelta al mundo: Pidió a editores aficionados de 21 países diferentes que modificaran virtualmente la foto de su rostro, haciéndola lo más bella posible. Como resultado, obtuvo fotos muy dispares entre una nación y otra.
Tomando como referencia ese experimento, el portal médico británico Online Doctor SuperDrug hizo algo parecido pero pidiendo a diseñadores independientes de 18 países distintos que “photoshopearan” el cuerpo de una mujer.
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Para la iniciativa llamada Perceptions of Perfection (Percepciones de la perfección), se le pidió a los participantes que hicieran que la anatomía de la joven se viera lo más atractiva posible para los ciudadanos de su país.
“La percepción generalizada de la belleza y la perfección pueden tener un profundo y duradero impacto cultural en las mujeres y los hombres”, señaló el sitio que creó la iniciativa al portal de contenidos virales BuzzFeed.
“El objetivo de este proyecto es comprender mejor las normas potencialmente poco realistas de belleza y ver cómo tales presiones varían en todo el mundo”, añadieron los autores del proyecto.
Según comentan en su página web, algunos hicieron que la chica quedara casi irreconocible en las imágenes, mientras otros sólo la adelgazaron ligeramente.
“Cambios drásticos en el color del pelo, vestimenta, y la relación cintura-cadera eran comunes. Algunos diseñadores del Norte, del Sur y Centro América hicieron una figura de reloj de arena exagerada; otros en las naciones europeas y asiáticas eligieron hacerla muy delgada”, indicaron. Los photoshopeos de China e Italia, fueron los que dejaron a la chica más flaca.
Para llevar a cabo el experimento, contrataron a 18 diseñadores independientes y se le dio la instrucción de retocar a la joven haciéndola lo más atractiva posible, según los estándares de su país de origen. Se les permitía cambiar todo lo que quisieran, incluso la ropa. Lo único prohibido era dejarla desnuda.
Según los autores, se suele decir que la belleza no se puede juzgar con objetividad, pues lo que una persona considera bello o admirable, puede no serlo para otro. “Y la gama de representaciones encontradas en nuestro estudio parece confirmar esta idea”, señalaron.
A continuación te mostramos los resultados: