Hay algunos períodos de la Historia de Chile que con los años se han distorsionado, provocando el nacimiento de mitos que se masifican entre la población. Uno de ellos es el referente a la pérdida de la Patagonia, sobre lo cual se dice popularmente que Argentina “le robó” el territorio a nuestro país, pero… ¿eso es verdadero o falso?
Antes de comenzar, se debe aclarar que la Patagonia está dividida en dos partes: la Oriental, que va desde la Cordillera de Los Andes hasta el océano Atlántico (actualmente en posesión de Argentina), y la Occidental, ubicada en territorio chileno desde Los Andes hasta el Pacífico.
El lado Oriental comienza en los ríos argentinos Colorado y Barrancas, y el Occidental en el Seno de Reloncaví, en la región de Los Lagos. Ambos terminan en el Cabo de Hornos. En el caso de la Oriental, además se destaca porque es rica en recursos naturales, entre los que se incluyen petróleo y gas… esto se descubrió recién en 1907, es decir, no era conocido en el siglo XIX cuando se definieron las fronteras.
La interrogante planteada en el primer párrafo se refiere al conflicto sobre la soberanía de la Patagonia Oriental, territorio que oficialmente pertenece a Argentina desde 1881, cuando se firmó el Tratado con Chile.
Y la respuesta es que no, Argentina no le “robó” la Patagonia Oriental a Chile. En primer lugar, porque técnicamente esos territorios nunca han pertenecido a Chile y, en segundo, porque nuestro país acordó de manera voluntaria los límites de la zona sur con la nación vecina, pese a que las circunstancias en que se firmó el Tratado pueden ser cuestionables.
Si sigues con la duda, a continuación te lo explicamos detalladamente.
Posesión de la Patagonia durante La Colonia
No sólo en Chile, sino también en Argentina siempre se ha tenido la duda de cuáles han sido históricamente los fronteras reales entre ambas naciones. De hecho, popularmente en el país trasandino no sólo se dice que la Patagonia Oriental les pertenecía, además muchos afirman que el lado Occidental (actualmente chileno) también les correspondía y que, por lo tanto, habría sido Chile el que les quitó terrenos.
Estas confusiones llevaron a que los gobiernos de ambas naciones encargaran un estudio a una serie de historiadores chilenos y argentinos en la década de los ‘90, liderados por Luis Alberto Romero, Hilda Sábato y José Antonio Garretón, quienes tuvieron la tarea de indagar cuál versión era real. Las conclusiones de esta investigaciones fueron publicadas en 2002 por Pablo Lacoste, historiador y actual académico de la U. de Santiago (Usach), en el artículo “La guerra de los mapas entre Argentina y Chile: una mirada desde Chile”.
En dicho documento, el experto especifica que “ni Argentina ha despojado a Chile de territorio ni viceversa”, ya que la indagación determinó que el Tratado de Límites firmado en 1881 respetó las divisiones administrativas entre Chile y Argentina, que habían sido dispuestas por la Corona de España desde los tiempos de la Conquista y la Colonia, cuando ambos eran el Reino de Chile y el Virreinato del Río de la Plata, respectivamente.
“Argentina poseía la Patagonia (Oriental) en la época colonial y Chile poseía la Araucanía, Valdivia, Chiloé, el Estrecho de Magallanes, el Beagle y el Cabo de Hornos”, límites que fueron ratificados en 1881, añade.
De acuerdo al mismo estudio, la razón por la cual en nuestro país existe la creencia de que la Patagonia Oriental era chilena, es porque hay historiadores que cometieron errores y difundieron tesis erradas, debido a que desconocían una serie de documentos de la Corona española donde se fijaban claramente las fronteras que se mantienen hasta la actualidad.
“Tanto los historiadores argentinos como chilenos, al diseñar los mapas, omitieron la consideración de documentos fundamentales de la época colonial. Al no conocer esta información, los colegas se vieron empujados a incurrir en inexactitudes que luego se estandarizaron en sus respectivos países”, concluye.
Sobre ello, detalla que “como punto de partida, los historiadores chilenos consideran las Reales Cédulas de 1554, 1555 y 1558, por las cuales la Corona española dispuso que la Gobernación de Chile se extendía del desierto de Atacama hasta el Estrecho de Magallanes, con un ancho de cien leguas desde el Pacífico hacia el este. Ése era el territorio original. Posteriormente, la Corona española separó de Chile la Gobernación de Tucumán, mediante Real Cédula de 1563; más tarde, el rey Carlos III hizo lo mismo con Cuyo, que fue incorporado al Virreinato del Río de la Plata en 1776”.
“Pero, de acuerdo a la tradición historiográfica chilena, la Corona nunca separó la Patagonia del Reyno de Chile. Por ende, hacia 1810, este territorio todavía pertenecía a la Capitanía General y, por ende, fue heredado por la República de Chile. Ésta es la lectura compartida por todos los historiadores chilenos de la segunda mitad del siglo XX, incluyendo Francisco Antonio Encina, Jaime Eyzaguirre y Sergio Villalobos. Institucionalmente, esta tesis es compartida por los colegas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, de la Universidad de Chile y la Universidad de Santiago”, y ahí se habría originado la falsa creencia, agrega.
Tratado de 1881
Como ya se ha mencionado, el Tratado de Límites de 1881 definió las fronteras definitivas entre Chile y Argentina, donde finalmente se ratificó que la Patagonia Oriental pertenecía a la nación trasandina, mientras que la parte Occidental, el Estrecho de Magallanes y el Cabo de Hornos eran de nuestro país.
En ese mismo acuerdo se estableció que el límite entre ambos sería la Cordillera de Los Andes.
Previo a ese acuerdo, Chile tenía aspiraciones de lograr quedarse con la Patagonia Oriental, sobre la cual tenía soberanía Argentina desde el siglo XVIII, cuando la Colonia española se la otorgó al Virreinato del Río de la Plata. Sin embargo, nuestro país tuvo que renunciar a sus aspiraciones debido a la complicada situación internacional en la que se hallaba.
Ésta es otra razón por la cual muchos chilenos les reclaman a los argentinos la posesión de la Patagonia: la nación vecina exigió a nuestro país firmar el Tratado de Límites, que les otorgaba oficialmente los territorios orientales en medio de la Guerra del Pacífico, según relatan el portal Memoria Chilena del ministerio de Educación de Chile y Argentina Relaciones Exteriores, sitio web sobre historia del gobierno argentino.
Recordemos que la Guerra del Pacífico enfrentó a Chile con Perú y Bolivia desde 1879 hasta 1883, y permitió a nuestro país adjudicarse las actuales regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, y Antofagasta, donde ahora se ubican algunos de los yacimientos de cobre más importantes del mundo.
Durante el conflicto bélico, Argentina se había manifestado abiertamente a favor de Perú y Bolivia. En ese entonces, si Chile quería concretar sus aspiraciones sobre la Patagonia Oriental, tendría que haber iniciado un nuevo frente armado contra Argentina, y el luchar contra tres países a la vez nos habría puesto en una posición de desventaja.
De esta forma, el Gobierno chileno decidió ceder ante las presiones de Argentina, y acordó renunciar a sus aspiraciones sobre la Patagonia Oriental a cambio de que se le otorgara a nuestro país el Estrecho de Magallanes y otras tierras australes que eran estratégicas para el acceso al océano Atlántico y, por consiguiente, vitales para el comercio con Europa.
Además, de este modo también se ganó la “neutralidad” de Argentina, ya que así se aseguraba que ellos no se sumarían a la Guerra del Pacífico.
Otra de las razones por las cuales Chile renunció a sus aspiraciones sobre la Patagonia Oriental, era porque la consideran una tierra inservible.
José Victorino Lastarria fue el enviado chileno que llegó a Argentina en ese momento para negociar el nuevo tratado, y el 22 de febrero de 1865 envío a la Cancillería de nuestro país un memorándum donde explicaba por qué el renunciar a la Patagonia sería ventajoso.
“La transacción sería ventajosa para nosotros porque no son sostenibles nuestros títulos a la Patagonia, y aunque lo fueran, no debemos hacernos ilusiones creyendo que aquella extensión sea otra cosa que tierras primitivas, incultivables y de todo punto ingrata a los hábitos y aspiraciones de la industria”, expresó.
Ello también fue manifestado por otros académicos y políticos chilenos importantes en esa época, entre ellos Benjamín Vicuña Mackenna y Diego Barros Arana, quienes desconocían el valor de esos terrenos.
Y resultó que todos ellos estaban equivocados: en 1907, luego de que Chile renunciara a sus aspiraciones sobre la Patagonia, se descubrió que el lado Oriental no era para nada una tierra infértil como creían los intelectuales nacionales. De hecho, era todo lo contrario, los terrenos eran ricos en petróleo y otros recursos naturales. Y ya pertenecían irrevocablemente a Argentina.
Si tienes curiosidad por saber qué decía el Tratado de Límites de 1881 entre Chile y Argentina, aquí te presentamos el texto completo del documento, el cual fue publicado por el portal de Historia de la Universidad de Chile: