La periodontitis es una patología bucal que afecta a más del 50% de la población mundial y en Chile más del 90% de los habitantes posee signos clínicos asociados a esta enfermedad, que puede manifestarse desde formas leves que no causan síntomas, hasta manifestaciones más severas que generan incluso la pérdida de los dientes.
Su aparición, debido a la colonización de ciertas bacterias en la boca -específicamente las que se encuentran entre diente y la encía-, es un factor que también podría provocar el desarrollo de cáncer, según estudios internacionales y de científicos chilenos.
Estas investigaciones en Chile son dirigidas por la Dra. Denisse Bravo, integrante del Anillo NEMESIS, y Directora de Investigación de la Facultad de Odontología, de la Universidad de Chile. La microbióloga lleva algunos años explorando las enfermedades dentales y las bacterias responsables de estas afecciones, entre ellas, Porphyromonas gingivalis, una de las principales causantes de periodontitis.
Según explica la experta, estudios desarrollados tanto en el país como en el extranjero, han establecido que existe una estrecha relación entre los procesos inflamatorios originados por diversas bacterias, y la aparición de mecanismos que favorecen el cáncer. Al respecto, la Dra. Bravo comenta que un ambiente de inflamación en el organismo, promueve la activación de genes relacionados con proliferación celular, “evento que puede favorecer la transformación de células en cancerígenas”.
Periodontitis e inflamación
¿Cómo ocurre este camino? En el caso de la periodontitis, ésta se inicia con una infección en el paciente, lo que genera una respuesta inflamatoria para tratar de eliminar a esos microorganismos, proceso que a su vez lleva a la destrucción de tejidos que dan soporte al diente, promoviendo su caída. Generalmente, esta afección ocurre después de una gingivitis.
“Cuando el problema es crónico, puede permanecer durante años sin que los pacientes sientan dolor. Esto, sumado a las malas prácticas de salud oral, muy frecuentes en Chile, favorece que la infección pase desapercibida. Pero además, otro problema es que los compuestos inflamatorios generados en respuesta a la infección por bacterias orales u otras, pueden viajar por la sangre y llegar a distintas zonas del cuerpo, pudiendo provocar otro tipo de daños y enfermedades sistémicas como arteriosclerosis, patologías cardiovasculares o diabetes”, comenta la investigadora. Por esta razón, la hipótesis es que las bacterias no sólo podrían contribuir a la aparición de cáncer a nivel oral, sino también, en otras regiones del organismo.
Estas premisas han sido previamente exploradas en la bacteria Helicobacter pylori. Las investigaciones, realizadas por la Dra. Bravo, el Dr. Manuel Valenzuela y el Dr. Andrew Quest, director de NEMESIS, ya han descrito la relación entre este microorganismo –presente en el 80% del estómago de los chilenos- y el cáncer gástrico, cuya incidencia aquejaría al 1% de las personas infectadas por la bacteria.
A raíz de este escenario, la investigadora desea seguir profundizando en la relación entre las bacterias y el cáncer, y generar conocimiento básico para generar tratamientos y estrategias de detección.
Diagnóstico precoz
En ese contexto, otra contribución se basa en la posible creación de un Kit de diagnóstico para medir el grado de virulencia de la bacteria Porphyromonas gingivalis. Esto, luego de descubrir que existen diferentes tipos de este patógeno, los cuales generan daño en algunas personas y en otras no.
“Queremos crear esta herramienta de detección temprana que nos ayude a predecir cómo la bacteria se va a comportar en cada paciente, es decir, si tiene más o menos probabilidad de gatillar la enfermedad. Esto será importante, ya que los tratamientos basados en el uso de antibióticos son y serán cada vez menos efectivos, pues las bacterias desarrollan mecanismos de resistencia a estos fármacos, además de dañar a otras bacterias que son beneficiosas para nosotros”. La idea de los científicos es que el kit pueda quedar a disposición de profesionales de la salud, y ser empleado como un examen molecular de rápida lectura.
Bacterias terapéuticas y prevención
La Dra. Bravo también está buscando elementos para frenar el daño de las bacterias orales. Junto al Dr. José Manuel Pérez, científico de la U. Andrés Bello y colaborador de NEMESIS, están llevando a cabo un proyecto con fondos del Instituto Antártico Chileno, para buscar bacterias de la zona antártica que sean capaces de eliminar o “matar” a la Porphyromonas gingivalis. “Algunas de estas bacterias tienen propiedades muy especiales, pues están sometidas a condiciones extremas. Ellas contienen péptidos y sustancias muy eficaces para destruir a Porphyromonas gingivalis. Por tanto, esperamos seguir profundizando en estas investigaciones”, comenta la microbióloga.
Pero junto al desarrollo de investigación terapéutica y diagnóstica, un importante objetivo de NEMESIS es la prevención de enfermedades crónicas. Por esta razón, la Dra. Denisse Bravo señala que es vital promover medidas de higiene bucal en toda la población. La más importante de todas, asegura, es el cepillado de dientes, después de cada comida e idealmente media hora después de haber ingerido alimentos, así como el uso de hilo dental. El cepillo dental debe ser muy suave para no dañar e inflamar las encías y el proceso debe realizarse de manera exhaustiva, buscando eliminar los residuos y en especial, aquellos que se encuentran entre la encía y dientes.
Otro punto importante es realizar controles periódicos al dentista, y no necesariamente cuando ocurre algún malestar, pues, “son ellos los más indicados para advertir alguna enfermedad bucal y dar soporte clínico”.