En Japón, donde los consumidores están dispuestos a desembolsar importantes sumas de dinero para comprar frutas de lujo, las sandías con forma de cubo, de corazón o de pirámide ya se encuentran en las tiendas, marcando así el inicio del verano.
Las tiendas especializadas empezaron a vender estas frutas destinadas a la contemplación y no a la degustación.
“Son un placer para la vista, y no tendrían muy buen sabor si deciden comerlas”, explica Mototaka Nishimura, director de una cadena situada en el barrio de Shibuya, en Tokio.
“Son sandías de adorno que podemos adquirir como las flores”, explica.
Para otorgarles estas insólitas apariencias, los agricultores las cultivan en el interior de cajas con la forma deseada.
En general, los japoneses adoran las frutas de lujo, al tratarse de un regalo especialmente apreciado.
“Las frutas son las representantes de las estaciones y nosotros otorgamos una especial atención al embalaje, ya que desde hace tiempo en Japón tenemos la costumbre de ofrecerlas como regalo”, explica Nishimura.
Pero atención, un sandía en forma de cubo alcanza el precio de 12.960 yenes (96 euros). Sin embargo, este monto no es nada en comparación con la suma astronómica de 350.000 yenes (unos 2.600 euros), que una gran superficie pagó por una sandía Densuke de Hokkaido (norte).