6 expresiones “actuales” con más de 100 años de uso

shimgray (CC) | Flickr
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En el uso diario, el común de las personas no suele preguntarse por el origen de las expresiones que suelen emplear a la hora de describir situaciones cotidianas.

Algunas de las formas frecuentes que utilizamos para referirnos a algún fenómeno o actividad llevan más de un siglo pronunciándose, pese a que en nuestros oídos aún pueden sonar frescas.

Revisa a continuación seis expresiones que hasta hoy se ocupan en un nivel más informal de nuestras conversaciones y que heredamos de nuestros antepasados.

1. Poner los cuernos

Esta poco afortunada frase para denotar infidelidad es de una larga data y de un origen no muy bien definido. Una de las explicaciones más difundidas es la que apunta hacia el medioevo y, en particular, al Ius primae noctis, o “derecho de la primera noche”.

El señor feudal, de acuerdo a lo que apunta esta explicación, estaba facultado para mantener relaciones sexuales con cualquier mujer que estuviera a punto de casarse con alguno de sus siervos. Algunas versiones de esta misma explicación señalan que, a modo de “compensación”, el futuro marido contaba con acceso a cazar en los terrenos del señor, mientras éste colgaba un cuerno de caza en la puerta de la vivienda.

La escasa documentación con la que se cuenta de esa época hace imposible corroborar esta más que extendida versión. Lo cierto es que ya en los tiempos de los romanos, según detalla la BBC, a los soldados con un buen desempeño en la guerra eran honrados con cuernos como gesto simbólico. El problema era que también simbolizaban una larga ausencia del dueño de casa, lo que para muchos significaba dejar la puerta abierta al engaño.

El Diccionario de la frase y de la fábula publicado en 1898 por el inglés Ebenezer Cobham Brewer apunta en esta temática a la disputa de los ciervos por las hembras durante la época de apareamiento. El vencido, añade en su explicación, era “corneado” y pierde a su pareja, por lo que la asociación se define bajo estos términos.

2. Al tiro

Aún vigente en el vocabulario chileno, esta expresión está bien lejos de ser algo nacido en tiempos cercanos. Ya en 1875 figuraba documentado en el Diccionario de Chilenismos de Zorobabel Rodríguez, y que recoge a su vez el Diccionario Coa de Armando Méndez Carrasco.

“En la tarde de ayer uno de los trabajadores que se ocupan de estucar el frente del portal Fernández Concha, se cayó del andamio y se mató al tiro”, es el ejemplo que consigna Rodríguez en su publicación de hace ya 140 años.

3. Al apa

También conocido como “al hacha”, se emplea para indicar que un individuo lleva a cuestas o sobre sus espaldas alguna carga. El origen más probable que tendría esta expresión viene del quechua y figura en el añoso “Diccionario Quichua-Castellano y Castellano-Quichua” de Honorio Mossi.

“Apac significa llevar, apani, la bestia cargada, i apa el jornalero que gana su vida acarreando”, recoge Zorobabel Rodríguez en 1875.

4. Cahuín

Como muchas de las palabras que empleamos los chilenos, su origen está en el mapuzugun (o mapudungún). Antes de utilizarse como sinónimo de “chisme”, esta palabra denotaba las reuniones de los cabecillas de las tribus araucanas.

En estas instancias, los caciques se referían a la situación de quienes integraban sus grupos, lo que persistió posteriormente cuando los españoles irrumpieron en los suelos nacionales. Las reuniones daban pie a que surgieran curiosas elucubraciones y teorías, las que adoptaron el nombre de las citas en las que se generaban.

5. Paco

Para esta forma despectiva de referirse a los efectivos de Carabineros de Chile, también habría que mirar al vocabulario quechua. Cuando los “abuelos” de los actuales carabineros, denominados como serenos en la época colonial, resguardaban las calles y comprobaban el estado del alumbrado público, vestían ponchos de color castaño. “P’aku” es la palabra en quechua para denominar dicho color, y su desambiguación dio origen a la expresión.

6. Concho

Utilizado por lo general para referirse al líquido sobrante en un vaso, la palabra “concho” ya era recogida por el político e historiador Benjamín Vicuña Mackenna, fallecido en 1886.

En su “Historia crítica y social de la Ciudad de Santiago“, publicada en 1869, recoge que en algunas celebraciones del siglo XVIII , los restos de los refrescos que se servían a las autoridades eran repartidos al pueblo, denominándolos como “conchos”.

Eso sí, la explicación desde el quechua es mucho menos “digerible”, ya que se pronunciaba para referirse a las heces.

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En el uso diario, el común de las personas no suele preguntarse por el origen de las expresiones que suelen emplear a la hora de describir situaciones cotidianas.

Algunas de las formas frecuentes que utilizamos para referirnos a algún fenómeno o actividad llevan más de un siglo pronunciándose, pese a que en nuestros oídos aún pueden sonar frescas.

Revisa a continuación seis expresiones que hasta hoy se ocupan en un nivel más informal de nuestras conversaciones y que heredamos de nuestros antepasados.

1. Poner los cuernos

Esta poco afortunada frase para denotar infidelidad es de una larga data y de un origen no muy bien definido. Una de las explicaciones más difundidas es la que apunta hacia el medioevo y, en particular, al Ius primae noctis, o “derecho de la primera noche”.

El señor feudal, de acuerdo a lo que apunta esta explicación, estaba facultado para mantener relaciones sexuales con cualquier mujer que estuviera a punto de casarse con alguno de sus siervos. Algunas versiones de esta misma explicación señalan que, a modo de “compensación”, el futuro marido contaba con acceso a cazar en los terrenos del señor, mientras éste colgaba un cuerno de caza en la puerta de la vivienda.

La escasa documentación con la que se cuenta de esa época hace imposible corroborar esta más que extendida versión. Lo cierto es que ya en los tiempos de los romanos, según detalla la BBC, a los soldados con un buen desempeño en la guerra eran honrados con cuernos como gesto simbólico. El problema era que también simbolizaban una larga ausencia del dueño de casa, lo que para muchos significaba dejar la puerta abierta al engaño.

El Diccionario de la frase y de la fábula publicado en 1898 por el inglés Ebenezer Cobham Brewer apunta en esta temática a la disputa de los ciervos por las hembras durante la época de apareamiento. El vencido, añade en su explicación, era “corneado” y pierde a su pareja, por lo que la asociación se define bajo estos términos.

2. Al tiro

Aún vigente en el vocabulario chileno, esta expresión está bien lejos de ser algo nacido en tiempos cercanos. Ya en 1875 figuraba documentado en el Diccionario de Chilenismos de Zorobabel Rodríguez, y que recoge a su vez el Diccionario Coa de Armando Méndez Carrasco.

“En la tarde de ayer uno de los trabajadores que se ocupan de estucar el frente del portal Fernández Concha, se cayó del andamio y se mató al tiro”, es el ejemplo que consigna Rodríguez en su publicación de hace ya 140 años.

3. Al apa

También conocido como “al hacha”, se emplea para indicar que un individuo lleva a cuestas o sobre sus espaldas alguna carga. El origen más probable que tendría esta expresión viene del quechua y figura en el añoso “Diccionario Quichua-Castellano y Castellano-Quichua” de Honorio Mossi.

“Apac significa llevar, apani, la bestia cargada, i apa el jornalero que gana su vida acarreando”, recoge Zorobabel Rodríguez en 1875.

4. Cahuín

Como muchas de las palabras que empleamos los chilenos, su origen está en el mapuzugun (o mapudungún). Antes de utilizarse como sinónimo de “chisme”, esta palabra denotaba las reuniones de los cabecillas de las tribus araucanas.

En estas instancias, los caciques se referían a la situación de quienes integraban sus grupos, lo que persistió posteriormente cuando los españoles irrumpieron en los suelos nacionales. Las reuniones daban pie a que surgieran curiosas elucubraciones y teorías, las que adoptaron el nombre de las citas en las que se generaban.

5. Paco

Para esta forma despectiva de referirse a los efectivos de Carabineros de Chile, también habría que mirar al vocabulario quechua. Cuando los “abuelos” de los actuales carabineros, denominados como serenos en la época colonial, resguardaban las calles y comprobaban el estado del alumbrado público, vestían ponchos de color castaño. “P’aku” es la palabra en quechua para denominar dicho color, y su desambiguación dio origen a la expresión.

6. Concho

Utilizado por lo general para referirse al líquido sobrante en un vaso, la palabra “concho” ya era recogida por el político e historiador Benjamín Vicuña Mackenna, fallecido en 1886.

En su “Historia crítica y social de la Ciudad de Santiago“, publicada en 1869, recoge que en algunas celebraciones del siglo XVIII , los restos de los refrescos que se servían a las autoridades eran repartidos al pueblo, denominándolos como “conchos”.

Eso sí, la explicación desde el quechua es mucho menos “digerible”, ya que se pronunciaba para referirse a las heces.