Casi como de película de ficción, una pequeña niña tailandesa de dos años de edad, fue criogenizada por decisión de sus padres, tras perder el funcionamiento del 80% de su cerebro producto de un extraño cáncer que la afectó. Sus progenitores esperan que la ciencia médica avance, para traerla a la vida nuevamente.
Con la esperanza de revivirla en un tiempo más, el cuerpo Matheryn Naovaratpong fue encerrado en un “sarcófago de de hielo”, luego que sus papás -ambos médicos- la desconectaran de la máquina que la mantenía con vida, el 8 de enero de este año. Para ese entonces, la pequeña padecía de un cáncer poco común llamado ependimoblastoma, el que estaba manifestado en un tumor de 11 centímetros en su cerebro.
Ni las 12 cirugías cerebrales, 20 tratamientos de quimioterapia y 20 sesiones de radioterapia, lograron que la niña asiática se recuperara de la enfermedad que tenía el 80% de su cerebro comprometido. Fue entonces cuando la familia de la menor trasladó su cuerpo a la fundación Alcor, y así congelar su cuerpo y cerebro.
Según contó el diario La Tercera, el procedimiento consiste en reiniciar el corazón artificialmente conectado a una máquina, sumando una serie de medicamentos para mantenerlo latente. La sangre se drena y se reemplaza con anticongelante. El pecho es abierto para unir las principales venas y arterias a una máquina que elimina lo que queda de sangre. Además, se baja la temperatura del cuerpo a una velocidad de 1ºC cada hora, hasta alcanzar los -196ºC tras dos semanas.
Pese a lo escalofriante que resulta este proceso, no se compara con el precio monetario a pagar. Sólo por el cerebro, cuesta entre 48 y 120 millones de pesos, sumado a una cuota anual de 460 millones de pesos. Entre las personas que se ecuentran criogenizadas están un hombre de 101 años (el más antiguo de todos) y, la más joven, esta pequeña niña.